viernes, 20 de abril de 2018

Senegal 2018 - Iwol, Afia, Dindefelo y Badian


Despertamos en Ethiolo un 4 de abril, día de la independencia de Senegal, celebran ya 58 años desde que se independizaron de los franceses, pero en el país Bassari no parece que van a haber celebraciones.
Hacemos unos pocos de kilómetros hasta que llegamos a los pies de la montaña a donde tendremos que subir para visitar uno de los poblados Bedick, Iwol.
Empezamos temprano ya que la subida es pronunciada y va a hacer un día de calor. Nos encontramos con nuestro acompañante para la visita ya que es necesario tratar con los Bedicks con alguien que sepa manejarse y hablar su idioma. Es una tribu más cerrada y desconfiada de lo que nos hemos encontrado hasta el momento, no les gusta nada que les fotografíes y tampoco que los importunes y es que su historia ha sido la de un pueblo que ha tenido que esconderse y huir y que siempre ha sido perseguido por unos u otros.

 Nuestro acompañante, un estudiante de bachillerato que está luchando y esforzándose para lograr forjarse un futuro en Senegal, aprendiendo una multitud de idiomas y creando incluso un club de español en la ciudad donde tiene que ir a estudiar. Para llegar a la ciudad donde estudia tenía que hacer 2h de bicicleta cada día para ir y otras 2h para volver, pero se le rompió la bici y ahora se tiene que quedar allí a dormir con una familia de desconocidos que le dejan vivir con ellos a cambio de que les haga la compra semanal de comida.  Ha creado un club de español en su instituto del cual es presidente.
Y llegamos a Iwo, los niños nos recibieron con alegría y conseguimos robar algunas fotos a las mujeres del poblado.
Las mujeres por tradición se ponen una espina de puercoespín en la nariz. Pero un día descubrieron los chupachups y se dieron cuenta que el palito del chupachups les hacía la misma función y es más pequeño y uniforme...así que ahora casi todas llevan en lugar de la espina ¡un palito de chupachups!
Los bedicks son animistas y católicos por lo que tienen su iglesia.
El origen de los Bedicks proviene de Mali, de donde tuvieron que escapar de Alpha Yaya, un sultán que quería convertirlos al islamismo. Llegaron a estas tierras y se escondieron en las montañas. Al principio vivían en cuevas y solo salían por la noche para coger agua y cereales.

Cuentan que ofrecieron a los más jóvenes al genio del pueblo y de esta forma consiguieron hacerse poderosos para cuando Alpha Yaya llegase con sus soldados a matarlos. Un día los encontró, pero un enjambre de abejas luchó contra los soldados matándolos a todos. Alpha Yaya consiguió escapar pero fue picado por una de las abejas y al llegar a Guinea a los 5 días murió.
como animistas que son tienen su plaza para la celebración de las Iniciaciones y los tambores sagrados











Nos encantó la visita, un salto al pasado y un viaje a las tradiciones y costumbres más antiguas de África. Una experiencia única.
nuestro guía nos ofreció hacer una caminata y llegar hasta otro poblado bedick llamado Angel, por supuesto nos apuntamos.
La caminata por lo alto de la montaña para llegar a Angel ya mereció la pena. Un paisaje diferente al que habíamos visto hasta ahora. Lo disfrutamos al máximo ya que en este viaje no estábamos caminando demasiado y lo empezábamos a echar de menos.
Llegamos a Angel, estaban de celebraciones de Iniciación y los pillamos en el momento de la celebración en el que están todos ya borrachos de vino de palma. 
Dimos una vuelta pero decidimos irnos pronto ya que empezaban a no ser muy amables los borrachos. Nos ofrecieron quedarnos a los bailes que son parte de la celebración de Iniciación, pero pensamos que la situación podía incluso empeorar más ,así que decidimos regresar a los pies de la montaña donde debía estar esperándonos Ibrahima desde hacía ya más de 1h.
Cogimos el coche y nos fuimos a nuestro campamento en Afia. Otro campamento creado por una ONG española, con molino y escuela taller para las mujeres.
y probamos la cerveza senegalesa...ni idea que en Senegal se fabricaba una bebida con alcohol!!
los baños
la escuela.
nos fuimos a ver el pueblo. Estaban jugando un partido de futbol que había reunido a todo el poblado.
la iglesia, ya que en este poblado son católicos.
fuera pero al lado del poblado tiene las letrinas
Han pintado las cabañas del campamento que está casi metido en el pueblo. Cenamos Fonio, un cereal que no tiene nada de azucar...muy muy sano.
por la mañana nada más levantarnos nos fuimos al río.
Afia está cerca de donde empieza la caminata para llegar a las cascadas de Dindefelo. Un lugar al que acuden los senegaleses a pasar el día y bañarse.
un poco más de 30 minutos de caminata, nos parecía que estábamos en una selva tropical. 
Y vimos arboles de anacardos, quedamos alucinados al conocer de donde provienen estos frutos secos. Es un árbol que da manzanas y en la parte inferior de la manzana está la vaina que contiene el anacardo.
Llegamos a las cascadas. Una altísima pared por la que corren unas cascadas, que no llevaban demasiada agua, pero lo cierto es que es bastante espectacular. 
Nos pusimos el bañador y nos metimos en el lago a los pies de la cascada. El agua estaba helada pero esto no nos lo perdemos nosotros por nada del mundo...
Habíamos comprado pan y latas de sardinas para comer en las cascadas. La verdad es que se estaba bien pero aun era temprano, ya nos habíamos bañado y el sitio se estaba llenando de jóvenes que tenían fiesta y que habían venido desde Kedougou a pasar el día, así que decidimos empezar el regreso al coche y hacer camino hasta nuestro próximo campamento en Badian.
El campamento de Badian se encontraba a orilla del río Senegal. Nada más llegar dejamos los trastos en nuestra choza y nos bajamos al río.
el río estaba lleno de mujeres y niños que estaban bañándose y lavando ropa.
se nos pasó por la cabeza ir a ponernos el bañador y bañarnos con ellos pero no me atreví por si les molestaba a las mujeres, ya que no vi a ningún hombre en el grupo y no sabía si era lo más adecuado. Así que después de un paseo nos volvimos al campamento.
todo el campamento está lleno de figuras realizadas con troncos de árboles que crea un artista local.
con el atardecer nos bajamos al río a ver si teníamos suerte y veíamos algún hipopótamo.
menudo panel de abejas había en este árbol.
nos alejamos a una parte del río en el que suelen bajar los hipopotámos, nos acompañó un pueblo de la aldea que le dijo a Ibrahim que sabía donde podíamos verlos.
y los vimos, pero solo la cabeza ya que los hipopótamos tienen las patas cortas y el río los tapa por completo. Sacan la cabeza para respirar de vez en cuando y esto es lo más que puedes verlos.
Algo es algo. Le preguntamos a nuestro amigo si nos acompañaría a su poblado. Se extrañó bastante pero nos llevo a donde el vive. Nos enseñó el poblado e incluso nos llevó a su casa y nos presentó a su familia.
su madre, ciega y con más de cien años. No saben exactamente cuantos tiene ya que no habían registros entonces. Los niños nos tocaban extrañados de haberse encontrado unas personas tan blancas y el niño me tiraba de los pelos de las piernas. Así terminamos el día, pasando un rato con esta familia que nos abrió las puertas de su casa.

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