viernes, 19 de enero de 2018

Azores 2018 - Lago do Fogo, Ribeira dos Calderoes, Nordeste


Nos levantamos con la esperanza de poder ver, esta vez sí, el Lago do Fogo. Ya lo habíamos intentado unos días atrás pero la niebla lo cubría por completo.
Conforme llegábamos al mirador y veíamos que no había niebla nos íbamos alegrando, hasta que al final llegamos y nos encontramos con, para mí, la mejor vista de toda la isla.
Había leído que hay un sendero desde el Mirador da Serra de Barrosa para bajar al lago (unas 2h ida y vuelta), lo comenzamos a hacer y la verdad es que era alucinante, pero llegado un punto vimos que se hacía muy peligroso ya que el suelo estaba muy húmedo y resbaladizo, estaba empezando a llover y no había donde agarrarse...así que nos dimos la vuelta y nos conformamos con lo recorrido..que no fue poco.
Así que cogimos el coche y nos fuimos hasta el punto de inicio de la ruta "Salto da Farinha"
Empezamos en el mirador. Desde allí empezamos la caminata bajando una carretera empinadísima hasta donde está el tablón que indica el comienzo de la ruta. Íbamos bajando la cuesta y pensando en lo que iba a ser el final de la caminata...una cuesta con 90% de pendiente..uff
Muy pronto, al principio del recorrido, llegas al Salto da Farinha. Precioso el entorno, el laguito y el salto...solo por esto ya merece hacerse la subida de vuelta, pero aún nos quedaban unos 10 km más y 2h mínimo de caminata.
Pasamos diferentes cascadas por este recorrido lineal, solo tiene un trayecto circular que es el que haces alrededor del Pozo Azul
El recorrido se puede hacer más largo y llegar a Achandinha, pero es lineal y creímos que lo más espectacular lo habíamos hecho ya, así que después del recorrido circular de Pozo Azul cogimos el camino de vuelta....lo más duro la subida final pero en total un recorrido que volvería a hacer hoy mismo si estuviera allí.
Desde el salto seguimos camino hacia Ribeira dos Caldeiroes, un lugar muy turístico, preparado para recibir buses cargados de turistas, pero que no hay que dejarse atrás.
Por suerte nosotros no nos encontramos más que algún turista despistao ya que parece que la isla estaba casi desierta (se ve que nadie piensa en pasar estas fechas visitando este paraíso, una suerte para nosotros). 
El lugar está muy bien cuidado, el paisaje es precioso y tienes la oportunidad de ver molinos. Y además es gratuita la entrada, por lo menos en enero.
Como había un punto de información aprovechamos para preguntar por Nordeste y esa zona de la isla que es donde iríamos al día siguiente..la chica se ve que no había planeado tener que empezar a trabajar tan pronto este año y nos despachó con un mapa y muy poco interés en indicarnos nada más.
Nos fuimos para Caldeiras, donde habíamos visto días anteriores algunos restaurantes que tenían buena pinta, y en el Restaurante Caldeiras me comí un pulpo impresionante. Ya bien comidos nos acercamos a Capelas, un pueblo marinero desde el que disfrutamos viendo romper las olas y de paso mojándonos un poquito.
Y mientras se desvanecía el penúltimo día iba amaneciendo el que sería nuestro ultimo día en Azores ya que al día siguiente cogíamos el avión tempranito. Nos quedaba la zona más alejada a Ponta Delgada, la zona de Nordeste.
1h y 20m nos costó llegar al punto más alejado que fue donde empezaríamos el día. Praia do Combo Gordo
Mientras iba bajando con el coche me iba arrepintiendo, una carretera estrechísima con unas curvas imposibles y una pendiente del 99%. Necesité de toda mi pericia como conductor y de toda mi concentración para bajarla y para subirla...
Aunque el paraje es muy bonito no nos mereció la pena..
Empezamos la vuelta y teníamos un par de miradores anotados, el primero Ponta da Madrugada
Con mejores vistas el de Ponta do Sossego
Y desde ahí al mirador de Arnel, desde donde se ve el faro.
Pero a nosotros no nos gusta que nos lo pongan tan fácil, así que nos bajamos andando hasta el faro...después de la subida de ayer ya teníamos las piernas entrenadas para hacernos otra del mismo calibre.
Esta caminata sí que nos mereció la pena, así que nos fuimos felices hacía Nordeste.
La última de las ciudades de la isla que nos quedaba para visitar. Primero entramos en la Iglesia Matriz.
Y pudimos hacer poco más ya que el museo estaba cerrado. Solo abren de lunes a viernes que es cuando deben tener millones de turistas, no como el sábado....esto nos lo han copiado a los españoles.
Lo más destacado de Nordeste es su puente. Es el más largo de la isla y la estampa al otro lado de la ciudad es una maravilla.
Salimos de Nordeste siguiendo la carretera de regreso y parando en algunos miradores o puntos de interés. En el mapa aparecía una ermita en la costa.
Un mirador en San Antonio Nordestinho
Y sobre todo la otra famosa plantación de te, Cha Porto Formoso. Donde pudimos tomarnos otro te invitación de la casa.
la última parada sería el mirador de Santa Iria.
Y ya nos regresamos a Ponta Delgada. Habíamos intentado entrar en días anteriores al Palacio Presidencial y no nos habían dejado por la hora, así que aunque ya era la hora de comer preferimos acercarnos y verlo antes de que cerraran y luego ya comeríamos lo que fuese.
Se pueden visitar los jardines y los invernaderos y acercarte al palacio, aunque hay zonas restringidas.
Y por supuesto tenían su belén..este muy original hecho con troncos de árboles.
Y esta escultura que significa el tiempo....es una esfera de reloj sin manillas y por eso...no hay tiempo.
Empezamos nuestra búsqueda de un lugar para comer y empezamos a darnos cuenta de que no iba a ser fácil. Parece que los restaurantes cierran los sábados a medio día. Buscando pasamos por la Iglesia de San Pedro..aprovechamos que estaba abierta y entramos.
Al final tuvimos que comer en Café Central y la verdad es que no estuvo nada mal.
Una última vuelta de despedida y al hotel a preparar maletas. Nos despedimos de esta isla que en 8 días habíamos aprovechado al máximo. Molto Obrigado Azores.