miércoles, 28 de mayo de 2014

Letonia 2014 - Riga 2º parte

 Después de comer nos fuimos directos a La Catedral, ya que la abrían solo de 14:00h a 16:00 y no podíamos dejar de visitarla.




Se comenzó a edificar el Día de San Jacobo de 1211 por Albert von Buxhoeveden, quien se convirtió en su primer obispo. Mezcla de estilos románicos y góticos.



En su interior hay un museo donde entre otras cosas puedes ver la veleta original







 Después de la visita a la catedral, fuimos a ver el museo de la ocupación que también estaba cerrado a pesar de que era uno de los pocos que según la guía abría hoy, decidimos hacer un recorrido marcado en la guía en la que te explicaba algunos de los símbolos de la ciudad.





Paseamos por la orilla del río y nos adentramos hasta un viejo convento, una especie de laberinto de casas en el centro de la ciudad.






Llegamos a la plaza donde se encuentra uno de los símbolos de la ciudad, el Gato negro.





Voy a intentar contar la historia de este gato según lo que pudimos leer allí.
Un comerciante que quería entrar el Gremio fue rechazado y como venganza decidió colocar un gato negro en lo alto de su casa apuntando con su cola el edificio del gremio, cosa que parece les molestó lo suficiente (supongo que por tema de superstición) para admitir al comerciante a cambio de que girar el gato para que cola no apuntase hacia el edificio.



Paseando por la plaza encontramos un edificio que era en centro cultural y aprovechamos que estaba entrando gente para colarnos y poder verlo por dentro.



Iban a dar un concierto de piano y esto nos facilitó el poder ver incluso el salón principal.




Otra cosa interesantísima de Riga son sus restos de muralla




En una de sus torres se encuentra el museo de la guerra



La muralla de Riga se comenzó a construir ya en el siglo XIII cuando se fundó la ciudad en 1201 y ya casi cuando se terminó de darle los retoques finales, comprobaron que ya no era necesaria y por lo tanto la destruyeron. A mediados del siglo XX cuando se empezaron las reconstrucciones después de la II Guerra Mundial, se descubrieron algunos fragmentos de la muralla y decidieron reconstruir alguno de ellos.



Paseamos a orilla del río para acabar la tarde.




Fuimos a ver atardecer al río y allí gastamos nuestra típica madalena que habíamso comprado en el mercado. Las gaviotas lo agradecieron...





Al día siguiente dejamos Riga con la sensación de que algún día volveremos.

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