Fuimos desde Armenia hasta Medellín en coche.
No son muchos kilómetros pero la carretera es malísima. Carriles estrechos con muchas curvas donde si te topas con un camión ya no tienes nada más que
hacer que esperar a que se desvíe...
En la zona del eje cafetero tienen tazas
enormes de café que intentan emular a nuestro toro de Osborne.
De camino hicimos una pequeña parada a
orillas del río Cauca, río que llega a Medellín. Nos tomamos unos batidos de
frutas de los potentes...riquísimos.
Una curiosidad del camino fueron las señales
de tráfico. La de encender los faros me parece simpatiquísima, pero lo
verdaderamente curioso es que haya una señal de colisión frontal, y es que como
ya dan por hecho que te vas a saltar la línea continua, te avisan que hay
peligro de darte con el que viene de frente.
Y por fin llegamos a Medellín, nos alojamos
en el Hotel Florencia Plaza que no se está nada mal y bien situado. Al
principio queríamos estar en el centro, pero muy pronto nos dimos cuenta que la
mejor opción es ir al centro a hacer las visitas y volverse a dormir a esta
zona de la ciudad.
Después de comernos un Plato de Antioquía en
el restaurante Mondongo's, nos fuimos paseando hacia el metro para llegar al
centro de la ciudad.
Medellín es la única ciudad de Colombia que
tiene metro y están muy orgullosos de esto. De hecho esta región ha intentado
separarse del país en alguna ocasión ya que es la zona más avanzada y
desarrollada.
Decir Medellín hace unos años era hablar del
famoso cartel y de Pablo Escobar y pensar un una ciudad sumida en una eterna
guerra. Ahora esto ha quedado atrás, y decir Medellín es lo mismo que decir
Botero.
Su plaza principal es la Plaza de Botero,
donde puedes disfrutar de un montón de esculturas del artista. Da ganas de
fotografiarse con todas..
Ya eran más de las 5 de la tarde, hora de
cierre del Museo Antioquía, donde se exponen las obras de Botero, pero por si
acaso nos acercamos para ver cuál es el precio y horario para volver al día
siguiente. Nuestra sorpresa fue que estaba abierto y este día como cosa
excepcional no cerraban hasta las 8...y además era gratis!!
La primera parte del museo nos encantó.
Autores como Rodrigo Barrientos o Carlos Correa y algún cuadro de José Rivera
Dante y Virgilio
Y desde las ventanas la vista de la Plaza
Botero, donde se estaba celebrando el día de la juventud o algo así.
Y al
final llegamos a la parte de Botero con su particular forma de ver la vida.
La muerte de Pablo Escobar
Aunque apuramos nuestro tiempo en el museo
aun nos dio tiempo de salir cuando había algo de luz para pasear por el caótico
centro de Medellín.
Probamos en un puesto de la calle la fruta
del Zapote.
Acabamos un poco artos del estruendo y el bullicio..mucha
gente por todas partes. Por primera vez un poco agobiados en Colombia,
decidimos meternos en un centro comercial que estaba en un edificio con muy
buena pinta y descubrimos que por dentro también estaba muy bien.
Nos regalamos unos trozos de tarta antes de
salir a afrontar la marabunta y unas limonadas de coco que estaban de muerte.
Salimos y regresamos a la zona del hotel a cenar. En el centro solo fritanga y
puestos en la calle.
Un nuevo día en Medellín y no íbamos a
desaprovechar un solo instante. Cogimos nuestro metro y nos plantamos de nuevo
en la Plaza Botero. Ahora mucho más tranquila.
Visitamos la iglesia de la Veracruz.
y la Basílica de Nuestra Señora de la Candelaria
Y emprendimos nuestro paseo hacia la
catedral. Pasamos por una zona peatonal donde había varios cafés y pastelerías,
la mayoría cerrados, y alguna tienda de suvenires.
Llegamos a la Catedral pero estaban dando
misa, así que decidimos volver a una de las cafeterías y tomarnos un café con
un pastelito. Antes de sentarnos preguntamos si había aseos ya que teníamos que
usarlos y nos contestaron "solo podéis hacer chichi porque han cortado el
agua"...bueno pues menos mal que solo queríamos hacer chichi...
Después de visitar la catedral decidimos
volvernos para comer por nuestra zona ya que por la tarde queríamos visitar el
Museo del Castillo.
Nos comimos una bandeja Paisa en el restaurante
los 3típicos. No paramos hasta que encontramos un lugar donde la cocinasen.
Pero antes pasamos por el Cabildo
Después de una contundente comida nos fuimos
a visitar el Museo del Castillo. Un poco retirado, como a una hora andando,
pero había que bajar la comida y pasear por Medellín nos pareció una buena
idea.
Situado en una zona residencial de Medellín y
que no tiene nada que ver con el centro. Había mucha gente que había venido a
pasar el domingo a los jardines del castillo.
Compramos la entrada para la visita guiada donde
nos explicaron que el dueño de este castillo fue el primer secuestrado de la
guerrilla y que el mismo pidió a su familia que no pagaran el rescate por lo
que terminó siendo asesinado.
después de esta interesante visita nos
volvimos hacia el hotel y nos metimos en un cine donde vimos una película
colombiana. Cena por la zona y al hotel. Una buena forma de despedirnos de
Medellín y seguir camino.
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