Seguimos
nuestro camino por la N7 que a pesar de ser un orgullo para los malgaches, ya
que es la única carretera asfaltada del país, tiene trozos que ni una carretera
rural.
En
cualquier caso es un gusto recorrer este país ya que no hay un solo trayecto
aburrido.
Llegamos
a Lac Hotel una pasada de hotel, cabañitas sobre un maravilloso
lago.
Las
habitaciones decoradas con muebles realizados en madera y con muchísimo gusto y
un porche sobre el lago para descansar disfrutando de la vista.
El
hotel se autoabastece ya que tiene animales, huerto y todo lo necesario para la
cocina.
salimos
del hotel con idea de visitar una plantación de te cercana, pero sin saber si
esto sería posible.
nos
encontramos con 3 niños que se ofrecieron a acompañarnos en el paseo y que nos
explicaron algunas cosas sobre su ciudad y que además nos llevaron a la
plantación.
curiosamente
cada niño procesaba una religión, un testigo de Jehová, un protestante y un católico.
Al día
siguiente seguimos nuestro camino pero aprovechamos que el único tren del país
(esto es textual) pasaba por esta ciudad y además en pocos minutos (un solo
tren, un solo recorrido, una vez al día) para verlo pasar.
como en
cada sitio que paramos lo más interesante su gente, costumbres...
llegamos
a Fanarantsoa y lo primero que nos encontramos fue la catedral que de nuevo
estaba cerrada y que una vez más visitamos gracias a mi insistencia.
Finarantsoa
es una preciosa ciudad que corre un serio peligro de desaparecer, está en la
lista de lugares en peligro por no ser patrimonio de la humanidad.
llaman la atención los críos, te llevas la impresión de que son felices jugando por las calles, descalzos, sucios pero comidos y felices
En este
país no se ven bonitas ciudades, no es esto lo más interesante sin duda, pero
las pocas que tienen necesitan ser conservadas y esto no es un prioridad para
un gobierno que tiene problemas más importantes y que seguro , como el resto de
gobiernos, necesita también llenarse los bolsillos a costa de los pobres
habitantes.
subimos
hasta lo alto de la ciudad para ver las vistas y como no la ciudad está rodeada
de arrozales.
desde
alguna casa oímos ¡hay hombres blancos en la calle!
seguimos
camino esta vez hacia Ambalao donde se encuentra la fábrica de papel antemoro,
totalmente artesanal.
Este
papel se empezó a fabricar en el siglo VII por los inmigrantes musulmanes ya
que los coranes que llevaron consigo a Madagascar se empezaron a deteriorar y
tuvieron que buscar la manera de reescribirlos en un material más resistente
que encontraron elaborando esta pasta de papel que sacaron de un arbusto de una
higuera.
cuando
se está secando el papel pegan flores secas en él y el resultado es precioso y
muy original.
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