Llegamos de noche a Andasibe y como se hizo bastante tarde (la ventaja de tener un guía para nosotros es que paras cuando quieres para ver lo que te apetezca cuando te apetezca, pero claro esto rompe un poco los horarios programados)
así que
sin pasar por el hotel hicimos el trekking nocturno donde para mí lo más
espectacular no fue los animales o reptiles que vimos si no el hecho de que el
guía del parque los encontrara en la absoluta obscuridad solo rota por las
linternas que llevábamos en la cabeza.
después
del trekking al Andasibe Hotel, una casita para nosotros con unas vistas espectaculares.
Ya
estamos en las tierras altas y por la noche un pelín de frío.
Al día
siguiente nos fuimos hacia la reserva de Analamazaotra donde hicimos unas 3
horas de trekking por un lugar maravilloso que además cuenta con que en el
habitan los Indri-indri que son los lémures más grandes.
Pudimos
verlos cantar en cuando se apartaron las nubes y llegó la claridad del día.
Da ganas de tener uno de mascota
Por la
tarde nos fuimos al parque nacional de Andasibe donde tuvimos muchísima suerte
ya que además del bosque primario (una auténtica maravilla pasear por el) pudimos
ver como se paseaban por delante de nuestras narices otra especie de lémures
(ya soy incapaz de recordar cual) saltarines.
En
general todos los que van en grupo tienen la costumbre de que si el cabeza de
grupo pasa por un sitio el resto le sigue y pasa por el mismo sitio por lo que
si tienes la suerte, como nosotros tuvimos, que el primero decide pasar por tu
lado, ahí van el resto a lucirse mientras tu flipas un pelín.
Por la
noche vuelta al hotel, un paseo para ver los alrededores y a cenar un exquisito
plato de pescado a la vainilla...
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