Salimos del salar y cruzamos otros tantos más
pequeños hasta llegar a San Juan.
Este pueblo perdido y alejado de toda
civilización tiene un albergue construido completamente de sal donde pasaríamos
la noche.
Es increíble que el albergue este hecho
completamente de sal, pero no solo paredes, mesas o sillas si no también la
cama.
Llegamos ya tarde pero aun había algo de luz
para darse un paseo por el pueblo.
Hacía muchísimo frío pero el paseo mereció la
pena.
Tranquilidad absoluta en este pueblo que
aunque perdido se puede decir que es el núcleo más importante en muchísimos kilómetros
a la redonda. Por este motivo no solo tiene un albergue sino que además tiene
una tienda de comestibles e iglesia.
Nos levantamos tempranito para seguir nuestro
viaje.
Y antes de salir del pueblo nos acercamos a
la Necrópolis.
Interesantísima visita, miles de tumbas abiertas en un sitio incrible.
Pero lo más interesante es que el sitio lo abre un aldeano (cada semana le toca a uno) que nos explicó un montón de cosas sobre el pueblo.
sus fiestas, cultura, historia.....un tio majísimo.
Y de San Juan al Volcán de Oyague
Bueno, en realidad fuimos a un punto del
desierto donde teníamos una vista total del volcán, porque para subir al volcán
hay que estar más que preparado.
El sitio donde estuvimos estaba lleno de
formaciones rocosas
Y empezamos a ver una planta verde durísima
que solo crece a más de 4000m de altura y que es preciosa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario