Despertamos en Ethiolo un 4 de abril, día de
la independencia de Senegal, celebran ya 58 años desde que se independizaron de
los franceses, pero en el país Bassari no parece que van a haber celebraciones.
Hacemos unos pocos de kilómetros hasta que
llegamos a los pies de la montaña a donde tendremos que subir para visitar uno
de los poblados Bedick, Iwol.
Empezamos temprano ya que la subida es
pronunciada y va a hacer un día de calor. Nos encontramos con nuestro
acompañante para la visita ya que es necesario tratar con los Bedicks con
alguien que sepa manejarse y hablar su idioma. Es una tribu más cerrada y desconfiada
de lo que nos hemos encontrado hasta el momento, no les gusta nada que les
fotografíes y tampoco que los importunes y es que su historia ha sido la de un
pueblo que ha tenido que esconderse y huir y que siempre ha sido perseguido por
unos u otros.
Nuestro acompañante, un estudiante de
bachillerato que está luchando y esforzándose para lograr forjarse un futuro en
Senegal, aprendiendo una multitud de idiomas y creando incluso un club de
español en la ciudad donde tiene que ir a estudiar. Para llegar a la ciudad
donde estudia tenía que hacer 2h de bicicleta cada día para ir y otras 2h para
volver, pero se le rompió la bici y ahora se tiene que quedar allí a dormir con
una familia de desconocidos que le dejan vivir con ellos a cambio de que les
haga la compra semanal de comida. Ha
creado un club de español en su instituto del cual es presidente.
Y llegamos a Iwo, los niños nos recibieron
con alegría y conseguimos robar algunas fotos a las mujeres del poblado.
Las mujeres por tradición se ponen una espina
de puercoespín en la nariz. Pero un día descubrieron los chupachups y se dieron
cuenta que el palito del chupachups les hacía la misma función y es más pequeño
y uniforme...así que ahora casi todas llevan en lugar de la espina ¡un palito
de chupachups!
Los bedicks son animistas y católicos por lo
que tienen su iglesia.
El origen de los Bedicks proviene de Mali, de
donde tuvieron que escapar de Alpha Yaya, un sultán que quería convertirlos al
islamismo. Llegaron a estas tierras y se escondieron en las montañas. Al
principio vivían en cuevas y solo salían por la noche para coger agua y
cereales.
Cuentan que ofrecieron a los más jóvenes al
genio del pueblo y de esta forma consiguieron hacerse poderosos para cuando
Alpha Yaya llegase con sus soldados a matarlos. Un día los encontró, pero un enjambre de
abejas luchó contra los soldados matándolos a todos. Alpha Yaya consiguió
escapar pero fue picado por una de las abejas y al llegar a Guinea a los 5 días murió.
como animistas que son tienen su plaza para la celebración de las Iniciaciones y los tambores sagrados
Nos encantó la visita, un salto al pasado y
un viaje a las tradiciones y costumbres más antiguas de África. Una experiencia
única.
nuestro guía nos ofreció hacer una caminata y llegar hasta otro poblado bedick llamado Angel, por supuesto nos apuntamos.
La caminata por lo alto de la montaña para
llegar a Angel ya mereció la pena. Un paisaje diferente al que habíamos visto hasta
ahora. Lo disfrutamos al máximo ya que en este viaje no estábamos caminando
demasiado y lo empezábamos a echar de menos.
Llegamos a Angel, estaban de celebraciones de
Iniciación y los pillamos en el momento de la celebración en el que están todos
ya borrachos de vino de palma.
Dimos una vuelta pero decidimos irnos pronto
ya que empezaban a no ser muy amables los borrachos. Nos ofrecieron quedarnos a
los bailes que son parte de la celebración de Iniciación, pero pensamos que la
situación podía incluso empeorar más ,así que decidimos regresar a los pies de
la montaña donde debía estar esperándonos Ibrahima desde hacía ya más de 1h.
Cogimos el coche y nos fuimos a nuestro
campamento en Afia. Otro campamento creado por una ONG española, con molino y
escuela taller para las mujeres.
y probamos la cerveza senegalesa...ni idea que en Senegal se fabricaba una bebida con alcohol!!los baños
la escuela.
nos fuimos a ver el pueblo. Estaban jugando un partido de futbol que había reunido a todo el poblado.
la iglesia, ya que en este poblado son católicos.
fuera pero al lado del poblado tiene las letrinas
Han pintado las cabañas del campamento que está casi metido en el pueblo. Cenamos Fonio, un cereal que no tiene nada de azucar...muy muy sano.
por la mañana nada más levantarnos nos fuimos al río.
Afia está cerca de donde empieza la caminata
para llegar a las cascadas de Dindefelo. Un lugar al que acuden los senegaleses
a pasar el día y bañarse.
un poco más de 30 minutos de caminata, nos
parecía que estábamos en una selva tropical.
Y vimos arboles de anacardos, quedamos
alucinados al conocer de donde provienen estos frutos secos. Es un árbol que da
manzanas y en la parte inferior de la manzana está la vaina que contiene el
anacardo.
Llegamos a las cascadas. Una altísima pared
por la que corren unas cascadas, que no llevaban demasiada agua, pero lo cierto
es que es bastante espectacular.
Habíamos comprado pan y latas de sardinas
para comer en las cascadas. La verdad es que se estaba bien pero aun era
temprano, ya nos habíamos bañado y el sitio se estaba llenando de jóvenes que
tenían fiesta y que habían venido desde Kedougou a pasar el día, así que decidimos
empezar el regreso al coche y hacer camino hasta nuestro próximo campamento en
Badian.
El campamento de Badian se encontraba a
orilla del río Senegal. Nada más llegar dejamos los trastos en nuestra choza y
nos bajamos al río.
el río estaba lleno de mujeres y niños que estaban bañándose y lavando ropa.se nos pasó por la cabeza ir a ponernos el bañador y bañarnos con ellos pero no me atreví por si les molestaba a las mujeres, ya que no vi a ningún hombre en el grupo y no sabía si era lo más adecuado. Así que después de un paseo nos volvimos al campamento.
todo el campamento está lleno de figuras realizadas con troncos de árboles que crea un artista local.
con el atardecer nos bajamos al río a ver si teníamos suerte y veíamos algún hipopótamo.
menudo panel de abejas había en este árbol.
nos alejamos a una parte del río en el que suelen bajar los hipopotámos, nos acompañó un pueblo de la aldea que le dijo a Ibrahim que sabía donde podíamos verlos.
y los vimos, pero solo la cabeza ya que los hipopótamos tienen las patas cortas y el río los tapa por completo. Sacan la cabeza para respirar de vez en cuando y esto es lo más que puedes verlos.
Algo es algo. Le preguntamos a nuestro amigo si nos acompañaría a su poblado. Se extrañó bastante pero nos llevo a donde el vive. Nos enseñó el poblado e incluso nos llevó a su casa y nos presentó a su familia.
su madre, ciega y con más de cien años. No saben exactamente cuantos tiene ya que no habían registros entonces. Los niños nos tocaban extrañados de haberse encontrado unas personas tan blancas y el niño me tiraba de los pelos de las piernas. Así terminamos el día, pasando un rato con esta familia que nos abrió las puertas de su casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario