Nos levantamos con la esperanza de poder ver,
esta vez sí, el Lago do Fogo. Ya lo habíamos intentado unos días atrás pero la
niebla lo cubría por completo.
Conforme llegábamos al mirador y veíamos que
no había niebla nos íbamos alegrando, hasta que al final llegamos y nos
encontramos con, para mí, la mejor vista de toda la isla.
Había leído que hay un sendero desde el Mirador
da Serra de Barrosa para
bajar al lago (unas 2h ida y vuelta), lo comenzamos a hacer y la verdad es que
era alucinante, pero llegado un punto vimos que se hacía muy peligroso ya que
el suelo estaba muy húmedo y resbaladizo, estaba empezando a llover y no había
donde agarrarse...así que nos dimos la vuelta y nos conformamos con lo recorrido..que
no fue poco.
Así que cogimos el coche y nos fuimos hasta
el punto de inicio de la ruta "Salto da Farinha"
Empezamos en el mirador. Desde allí empezamos
la caminata bajando una carretera empinadísima hasta donde está el tablón que
indica el comienzo de la ruta. Íbamos bajando la cuesta y pensando en lo que iba
a ser el final de la caminata...una cuesta con 90% de pendiente..uff
Muy pronto, al principio del recorrido,
llegas al Salto da Farinha. Precioso el entorno, el laguito y el salto...solo
por esto ya merece hacerse la subida de vuelta, pero aún nos quedaban unos 10
km más y 2h mínimo de caminata.
Pasamos diferentes cascadas por este
recorrido lineal, solo tiene un trayecto circular que es el que haces
alrededor del Pozo Azul
El recorrido se puede hacer más largo y
llegar a Achandinha, pero es lineal y creímos que lo más espectacular lo habíamos
hecho ya, así que después del recorrido circular de Pozo Azul cogimos el camino
de vuelta....lo más duro la subida final pero en total un recorrido que
volvería a hacer hoy mismo si estuviera allí.
Desde el salto seguimos camino hacia Ribeira
dos Caldeiroes, un lugar muy turístico, preparado para recibir buses cargados
de turistas, pero que no hay que dejarse atrás.
Por suerte nosotros no nos encontramos más
que algún turista despistao ya que parece que la isla estaba casi desierta (se
ve que nadie piensa en pasar estas fechas visitando este paraíso, una suerte
para nosotros).
El lugar está muy bien cuidado, el paisaje es
precioso y tienes la oportunidad de ver molinos. Y además es gratuita la entrada, por lo menos en enero.
Como había un punto de información
aprovechamos para preguntar por Nordeste y esa zona de la isla que es donde iríamos
al día siguiente..la chica se ve que no había planeado tener que empezar a
trabajar tan pronto este año y nos despachó con un mapa y muy poco interés en
indicarnos nada más.
Nos fuimos para Caldeiras, donde habíamos
visto días anteriores algunos restaurantes que tenían buena pinta, y en el
Restaurante Caldeiras me comí un pulpo impresionante. Ya bien comidos nos
acercamos a Capelas, un pueblo marinero desde el que disfrutamos viendo romper
las olas y de paso mojándonos un poquito.
Y mientras se desvanecía el penúltimo día iba
amaneciendo el que sería nuestro ultimo día en Azores ya que al día siguiente
cogíamos el avión tempranito. Nos quedaba la zona más alejada a Ponta Delgada,
la zona de Nordeste.
1h y 20m nos costó llegar al punto más
alejado que fue donde empezaríamos el día. Praia do Combo Gordo
Mientras iba bajando con el coche me iba
arrepintiendo, una carretera estrechísima con unas curvas imposibles y una
pendiente del 99%. Necesité de toda mi pericia como conductor y de toda mi
concentración para bajarla y para subirla...
Aunque el paraje es muy bonito no nos mereció
la pena..
Empezamos la vuelta y teníamos un par de miradores
anotados, el primero Ponta da Madrugada
Con mejores vistas el de Ponta do Sossego
Y desde ahí al mirador de Arnel, desde donde
se ve el faro.
Pero a nosotros no nos gusta que nos lo
pongan tan fácil, así que nos bajamos andando hasta el faro...después de la
subida de ayer ya teníamos las piernas entrenadas para hacernos otra del mismo
calibre.
Esta caminata sí que nos mereció la pena, así
que nos fuimos felices hacía Nordeste.
La última de las ciudades de la isla que nos
quedaba para visitar. Primero entramos en la Iglesia Matriz.
Y pudimos hacer poco más ya que el museo
estaba cerrado. Solo abren de lunes a viernes que es cuando deben tener
millones de turistas, no como el sábado....esto nos lo han copiado a los
españoles.
Lo más destacado de Nordeste es su puente. Es
el más largo de la isla y la estampa al otro lado de la ciudad es una
maravilla.
Salimos de Nordeste siguiendo la carretera de
regreso y parando en algunos miradores o puntos de interés. En el mapa aparecía
una ermita en la costa.
Un mirador en San Antonio Nordestinho
Y sobre todo la otra famosa plantación de te, Cha Porto Formoso. Donde pudimos tomarnos otro te invitación de la casa.
la última parada sería el mirador de Santa
Iria.
Y ya nos regresamos a Ponta Delgada. Habíamos
intentado entrar en días anteriores al Palacio Presidencial y no nos habían
dejado por la hora, así que aunque ya era la hora de comer preferimos
acercarnos y verlo antes de que cerraran y luego ya comeríamos lo que fuese.
Se pueden visitar los jardines y los
invernaderos y acercarte al palacio, aunque hay zonas restringidas.
Y por supuesto tenían su belén..este muy
original hecho con troncos de árboles.
Y esta escultura que significa el tiempo....es una esfera de reloj sin manillas y por eso...no hay tiempo.
Empezamos nuestra búsqueda de un lugar para
comer y empezamos a darnos cuenta de que no iba a ser fácil. Parece que los
restaurantes cierran los sábados a medio día. Buscando pasamos por la Iglesia
de San Pedro..aprovechamos que estaba abierta y entramos.
Al final tuvimos que comer en Café Central y
la verdad es que no estuvo nada mal.
Una última vuelta de despedida y al hotel a
preparar maletas. Nos despedimos de esta isla que en 8 días habíamos aprovechado
al máximo. Molto Obrigado Azores.