miércoles, 10 de mayo de 2017

Uzbekistán 2017 - Khiva

Llegamos al aeropuerto de Urgench bastante temprano y con tiempo para aprovechar nuestro primer día en Khiva.

Lo primero ir a nuestro Hotel Qosha Darvoza. Muy cerca de la ciudad vieja, habitaciones confortables y un muy buen desayuno. Muy recomendable.
Con menos de 10 minutos andando ya estábamos en Ota Darvoza (La puerta del este).
Pero antes de entrar en la ciudad amurallada nos acercamos a un lado de la muralla donde se puede ver un cuadro con lo que era la famosa ruta de la seda. Según en este mapa vimos que uno de los comienzos de la ruta estaba en Granada....otra cosa es donde han pintado Granada...yo diría que ahí esta Albacete.
Y justo después de atravesar la puerta este nos encontramos con otro mapa, esta vez de la ciudad de Khiva.
Dimos una vuelta para ir orientándonos a esta ciudad museo llena de madrasas, las cuales actualmente albergan diferentes museos...unos más interesantes que otros, pero absolutamente todos merecen la pena por ver el edificio y su interior, con sus patios y sus pequeñas puertas donde antiguamente se alojaban los estudiantes.
Khiva (Jiba) llegó a ser capital del reino y sobre todo se la conoce ya que aquí es donde estaba el mayor mercado de esclavos de toda la ruta de la seda. Actualmente es patrimonio de la humanidad y no es de extrañar, ya que pasear por sus calles es como estar sumergido en un cuento de "Las mil y una noches"
Volvimos a salir de la ciudad amurallada para ir al Palacio de Nurulla Boy
Un magnífico palacio que se construyó en el exterior de las murallas ya que el que era gobernador Mukhammad Rakhimkhon I quería construir para sus hijos un gran palacio con jardines y en Ichan Kala (La ciudad antigua) había ya demasiados y no había sitio para tanto jardín.
Volvimos a la ciudad vieja y una de las cosas que llama inmediatamente tu atención es el Minarete Kalta-Minor o "minarete cortado" que se encuentra justa al lado de la Madrasa Amin Khan.
Esta madrasa junto a su espectacular minarete tendrían que haber sido el conjunto más impresionante del reino musulmán pero no se llegó a finalizar la obra y el grandioso minarete se quedó a mitad de camino en su ascensión al cielo.

Una de las leyendas dice que se paró la obra porque el arquitecto fue lanzado desde lo alto del minarete cuando el Khan se enteró que este había aceptado una oferta del Khan de Bujara para construir un minarete más alto que el suyo. A partir de este suceso ningún arquitecto quiso reanudar la obra (no me extraña nada).
Pues aun medir solamente 26 metros de alto, menos de la mitad de lo que tendría que haber medido, es uno de los monumentos más representativos de Khiva y un buen punto de orientación sobre todo para encontrar nuestro siguiente destino, la madrasa Amin Khan.
La madrasa si que terminó de construirse y ahora es un lujoso hotel que se puede visitar (al menos nosotros entramos a cotillear un poco)
Cerca se encuentra la madrasa Muhammad Rakhim-Khan
Una madrasa donde no solo se estudiaba el Corán, también ciencias y poesía ya que el Muhammad Rakhim khan, quien ordenó su construcción, era un conocido poeta y filósofo que escribía con el seudónimo de Feruz-shakh.
Salimos de la madrasa y paseamos por Khiva un rato más buscando un sitio donde comer. 
nos atrajo un restaurante ubicado en una madrasa, el restaurante Bir Gumbaz
Carta sin precios, como ya va siendo habitual, pero como no nos fiamos de los "timo turistas" y no sabemos si aquí nos íbamos a encontrar en este caso pedimos que nos detallaran los precios de los platos antes de pedir.
Comimos fenomenal y de nuevo baratísimo. aproximadamente 6€ los 2 o algo menos. Pedimos el plato típico de Jiva que es pasta verde con carne y dumplings.
Después de comer seguimos dando vueltas y haciendo muchas fotos...cada parte de la ciudad que íbamos descubriendo nos parecía más auténtica que la anterior.
Nos empezó a llamar la atención el no ver demasiados turistas, en Taskent pensamos que era porque no mucha gente decide ir allí, pero Jiba sin duda es uno de los platos fuertes de la ciudad y la verdad es que es una maravilla encontrarte que la mayoría de los turistas son locales.
Decidimos acercarnos al bazar saliendo por la puerta este.
Ya se estaban retirando la mayoría de los puestos, pero aun habían bastantes y muchos atrasados que aun acudían para realizar las últimas compras.
Una pasada los gorros. Son los típicos uzbekos, ¡enormes! parece que lleves una oveja en la cabeza...
Caía la tarde y decidimos irnos al hotel a descansar un poco...el día lo habíamos aprovechado a tope y aun queríamos salir un rato antes de que se hiciera de noche a descubrir la ciudad fuera de las murallas.

Después de una duchita y un pequeño descanso salimos a dar una vuelta por la ciudad para ver un viejo hospital y de paso descubrir también la otra Khiva.
Habíamos visto una terraza donde tomarnos un té mientras veíamos anochecer, así qeu fuimos directos allí pensando que igual estaba llena....un par de japos y nosotros compartimos la terraza hasta casi anochecer que empezaron a llegar otros turistas que también se habían percatado de la buena situación de la terracita.
Uno de los mejores tes que hemos tomado en Uzbekistán.
Y una vez que anocheció nos fuimos a cenar una sopita y dumpings con queso. Cena ligerita pero buenísima. La verdad es que estábamos comiendo muy bien, aunque las comidas son un poco pesadas y las cenas ligeras parecían la mejor solución.
Y no podíamos acabar el día de mejor forma que paseando por la ciudad....Iluminada y desierta..
Un nuevo día en Jiba. Después de un contundente desayuno nos fuimos de nuevo a la ciudad vieja y lo primero que te encuentras son esas maravillosas murallas que parece que en cualquier momento vayan a caer porque sean de barro y que llevan ahí varios siglos aguantando y protegiendo la ciudad.
Empezamos el día con un plato fuerte. La visita a la mezquita Djuma (la mezquita de los viernes).
A pesar de ser la más importante de Jiva, no es una mezquita tradicional con cúpulas, arcos etc. El edificio es completamente rectangular y el interior es una sala llena de columnas de madera. 200 y todas ellas diferentes e incluso de diferentes siglos.

Ya dentro de la mezquita empezamos a notar algo raro ¡¡¡¡¿de donde ha salida tanta gente?!!! y ¿por qué se quieren hacer fotos con nosotros?¡¡¡que no somos famosos!!!!.
Los domingos la gente de las montañas baja a las grandes ciudades para pasar su día de fiesta y ellos no están acostumbrados a ver turistas por lo que nos convertimos en un día en los más solicitados habitantes de Jiva. Los niños que están aprendiendo inglés se acercaban (con mucha timidez) a preguntarnos cosas e intentar practicar con nosotros sus lecciones recién aprendidas. Hay que decir que alguno hablaba muy bien (mejor que nosotros=  y que otros te ponían cara de pena cuando les contestabas ya que solo les daba para preguntar...no para entender.
Interesante...¿será por eso que no había casi turistas el día anterior y casi ninguno hoy? no sé si era casualidad o el resto de turistas que deambulaban por Uzbekistán se habían informado mejor que nosotros. En cualquier caso fue una experiencia interesante y muy simpática.


Dejamos la marabunta en la mezquita y nos fuimos hacia el palacio Tosh Khavli 
8 años costó construir este palacio en el que no escatimaron ni un solo sum ya que el khan Allakuli tenía bastantes riquezas y las quería invertir en un lujoso palacio donde vivir él y todo su harem.

Todo el palacio está lleno de pasadizos para que el khan pudiera moverse sin problema de habitación en habitación de sus concubinas

Pero lo más interesante del gran palacio es su Harem. un patio rodeado de habitaciones donde se encontraban las concubinas del khan. Todas con techos preciosos decorados cada uno de una forma distinta. 
Todo hombre tenía prohibida la entrada al harem, solo los eunucos y el khan. Nos contaron que en una ocasión un ciego entró en el harem y una de las amantes le permitió el paso, pensando que al ser ciego no habría problema, y le dio limosna. Así lo hizo varias veces hasta que llegó a oídos del khan, el cual al enterarse estalló en furia y castigó en el patio del harem (a vista de todas las concubinas) hasta que esta murió.
Otra cosa interesante que aprendimos es que harem en árabe significa prohibido o todo aquello que es tabú y de ahí el nombre que se le daba a esta parte del palacio que estaba prohibida para casi todo el mundo.
Al salir nos acercamos al bazar ya que queríamos ver las cunas típicas y que aun se usan. Preguntamos por su utilidad y nos quedamos alucinados...según nos contaron a los bebes se les ata a la cuna balancín "la madre así puede hacer otras cosas, trabaja etc y no tiene que estar pendiente del bebe"...y si es niño se le pone una especie de botellita para conducir el pis hacia el agujero de la cuna (donde ya está orientado el culo), en este agujero se pone una especie de cubo de plástico donde van cayendo los meados y heces y de esta forma al final del día se retira todo , se limpia y todos tan contentos...nos explicaron que esta solución es mejor que la nuestra ya que el bebe nunca está irritado de meaos o caca y se entretiene con el balancín todo el día....quizá por esos son tan pacíficos y educados los uzbekos, porque lo aprenden de bebes, mientras que nosotros antes de nacer ya estamos más que consentidos...y además son chulísimas..

nos acercamos a las madrasas de Alla-Kuli Khan y Kutluq Murad-ink. Actualmente albergan un museo y un bazar. La historia de la madrasa de Kutluq es que  Kutlug Murad-inak (el sobrino del khan) quería ser enterrado en una madrasa, pero murió fuera de Ichan-kala (la ciudad amurallada) por lo que no podía meterse el cuerpo dentro de la ciudad ya que daba mal augurio. Así que lo que hicieron fue romper las paredes de esta madrasa y construir un corredor que daba al exterior y que seguía perteneciendo a la madrasa. Así todos contentos...
Una está enfrente de la otra como si fuera un espejo, la de Kuylug alberga un museo de pintura





Nuestra siguiente parada fue uno de los sitios más adorados de Khiva, el mausoleo de Pakhlavan Mahmoud
En este mausoleo está enterrado Pakhlavan, un guerrero y poeta sufí. Los Uzbekos dicen que está enterrado aquí aunque los iranís dicen que está allí....así que no se sabe muy bien donde está...el caso es que para los uzbekos es un personaje histórico muy importante y acuden a rezarle. Los rusos cerraron este sitio y lo convirtieron en museo de historia pero en cuanto se fueron los uzbekos lo volvieron a abrir.
Y antes de comer aun nos daba tiempo a ir a las afueras de la ciudad amurallada a ver el palacio de verano Kibla Tozabog..actualmente es un restaurante pero se puede visitar y ver sus salones y habitaciones.
Esta visita nos abrió el apetito, así que nos pusimos a buscar restaurante y una vez más acertamos...pasta verde y una cerveza uzbeka.
Y en la salida del restaurante....
Después de comer se notaba ya que los domingueros que habían bajado de las montañas para visitar la ciudad se iban volviendo a sus aldeas y la ciudad iba retomando su tranquilidad habitual para regalarnos una tarde de paseo por esta ciudad que nunca olvidaremos.
después de dar unas cuantas vueltas decidimos meternos en una tetería
Cuando entras en la ciudad vieja compras una entrada que te vale para todos los museos, así que empezamos a entrar en los menos interesantes...Entre ellos nos encontramos por ejemplo el Museo de la música.
Khiva es una ciudad a la que me gustaría volver algún día. Es uno de los sitios que consigue transportarte y aislarte de cualquier calentamiento de cabeza que pudieras tener antes de llegar aquí. 
Y aun antes de despedirnos nos quedaba una cosa por hacer...pasear por encima de las murallas


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