Llegamos al aeropuerto de Urgench bastante
temprano y con tiempo para aprovechar nuestro primer día en Khiva.
Lo primero ir a nuestro Hotel Qosha Darvoza.
Muy cerca de la ciudad vieja, habitaciones confortables y un muy buen desayuno.
Muy recomendable.
Con menos de 10 minutos andando ya estábamos
en Ota Darvoza (La puerta del este).
Pero antes de entrar en la ciudad amurallada
nos acercamos a un lado de la muralla donde se puede ver un cuadro con lo que
era la famosa ruta de la seda. Según en este mapa vimos que uno de los comienzos de la ruta estaba en Granada....otra cosa es donde han pintado Granada...yo diría que ahí esta Albacete.
Y justo después de atravesar la puerta este
nos encontramos con otro mapa, esta vez de la ciudad de Khiva.
Dimos una vuelta para ir orientándonos a esta
ciudad museo llena de madrasas, las cuales actualmente albergan diferentes
museos...unos más interesantes que otros, pero absolutamente todos merecen la
pena por ver el edificio y su interior, con sus patios y sus pequeñas puertas
donde antiguamente se alojaban los estudiantes.
Khiva (Jiba) llegó a ser capital del reino y sobre todo se la conoce ya que aquí es donde estaba el mayor mercado de esclavos de toda la ruta de la seda. Actualmente es patrimonio de la humanidad y no es de extrañar, ya que pasear por sus calles es como estar sumergido en un cuento de "Las mil y una noches"
Volvimos a salir de la ciudad amurallada para
ir al Palacio de Nurulla Boy
Un magnífico palacio que se construyó en el exterior
de las murallas ya que el que era gobernador Mukhammad Rakhimkhon I quería construir para sus hijos un gran palacio con jardines y en Ichan Kala
(La ciudad antigua) había ya demasiados y no había sitio para tanto jardín.
Volvimos a la ciudad vieja y una
de las cosas que llama inmediatamente tu atención es el Minarete Kalta-Minor o
"minarete cortado" que se encuentra justa al lado de la Madrasa Amin
Khan.
Esta madrasa junto a su espectacular
minarete tendrían que haber sido el conjunto más impresionante del reino
musulmán pero no se llegó a finalizar la obra y el grandioso minarete se quedó
a mitad de camino en su ascensión al cielo.
Una de las leyendas dice que se
paró la obra porque el arquitecto fue lanzado desde lo alto del minarete cuando
el Khan se enteró que este había aceptado una oferta del Khan de Bujara para
construir un minarete más alto que el suyo. A partir de este suceso ningún
arquitecto quiso reanudar la obra (no me extraña nada).
Pues aun medir solamente 26
metros de alto, menos de la mitad de lo que tendría que haber medido, es uno de
los monumentos más representativos de Khiva y un buen punto de orientación
sobre todo para encontrar nuestro siguiente destino, la madrasa Amin Khan.
La madrasa si que terminó de
construirse y ahora es un lujoso hotel que se puede visitar (al menos nosotros
entramos a cotillear un poco)
Cerca se encuentra la madrasa Muhammad
Rakhim-Khan
Una madrasa donde no solo se
estudiaba el Corán, también ciencias y poesía ya que el Muhammad Rakhim khan, quien ordenó su construcción, era un conocido poeta
y filósofo que escribía con el seudónimo de Feruz-shakh.
Salimos de la madrasa y paseamos
por Khiva un rato más buscando un sitio donde comer. nos atrajo un restaurante ubicado en una madrasa, el restaurante Bir Gumbaz
Carta sin precios, como ya va
siendo habitual, pero como no nos fiamos de los "timo turistas" y no
sabemos si aquí nos íbamos a encontrar en este caso pedimos que nos detallaran
los precios de los platos antes de pedir.
Comimos fenomenal y de nuevo
baratísimo. aproximadamente 6€ los 2 o algo menos. Pedimos el plato típico de
Jiva que es pasta verde con carne y dumplings.
Después de comer seguimos dando
vueltas y haciendo muchas fotos...cada parte de la ciudad que íbamos
descubriendo nos parecía más auténtica que la anterior.
Nos empezó a llamar la atención
el no ver demasiados turistas, en Taskent pensamos que era porque no mucha
gente decide ir allí, pero Jiba sin duda es uno de los platos fuertes de la
ciudad y la verdad es que es una maravilla encontrarte que la mayoría de los
turistas son locales.
Decidimos acercarnos al bazar
saliendo por la puerta este.
Ya se estaban retirando la
mayoría de los puestos, pero aun habían bastantes y muchos atrasados que aun
acudían para realizar las últimas compras.
Una pasada los gorros. Son los
típicos uzbekos, ¡enormes! parece que lleves una oveja en la cabeza...
Caía la tarde y decidimos irnos
al hotel a descansar un poco...el día lo habíamos aprovechado a tope y aun
queríamos salir un rato antes de que se hiciera de noche a descubrir la ciudad
fuera de las murallas.
Después de una duchita y un pequeño descanso salimos a dar una vuelta por la ciudad para ver un viejo hospital y de paso descubrir también la otra Khiva.
Habíamos visto una terraza donde
tomarnos un té mientras veíamos anochecer, así qeu fuimos directos allí
pensando que igual estaba llena....un par de japos y nosotros compartimos la
terraza hasta casi anochecer que empezaron a llegar otros turistas que también
se habían percatado de la buena situación de la terracita.
Uno de los mejores tes que hemos tomado en Uzbekistán.
Y una vez que anocheció nos
fuimos a cenar una sopita y dumpings con queso. Cena ligerita pero buenísima.
La verdad es que estábamos comiendo muy bien, aunque las comidas son un poco
pesadas y las cenas ligeras parecían la mejor solución.
Y no podíamos acabar el día de
mejor forma que paseando por la ciudad....Iluminada y desierta..
Un nuevo día en Jiba. Después de
un contundente desayuno nos fuimos de nuevo a la ciudad vieja y lo primero que
te encuentras son esas maravillosas murallas que parece que en cualquier
momento vayan a caer porque sean de barro y que llevan ahí varios siglos
aguantando y protegiendo la ciudad.
Empezamos el día con un plato
fuerte. La visita a la mezquita Djuma (la mezquita de los viernes).
A pesar de ser la más importante
de Jiva, no es una mezquita tradicional con cúpulas, arcos etc. El edificio es
completamente rectangular y el interior es una sala llena de columnas de
madera. 200 y todas ellas diferentes e incluso de diferentes siglos.
Ya dentro de la mezquita
empezamos a notar algo raro ¡¡¡¡¿de donde ha salida tanta gente?!!! y ¿por qué
se quieren hacer fotos con nosotros?¡¡¡que no somos famosos!!!!.
Los domingos la gente de las
montañas baja a las grandes ciudades para pasar su día de fiesta y ellos no
están acostumbrados a ver turistas por lo que nos convertimos en un día en los
más solicitados habitantes de Jiva. Los niños que están aprendiendo inglés se
acercaban (con mucha timidez) a preguntarnos cosas e intentar practicar con
nosotros sus lecciones recién aprendidas. Hay que decir que alguno hablaba muy
bien (mejor que nosotros= y que otros te
ponían cara de pena cuando les contestabas ya que solo les daba para
preguntar...no para entender.
Interesante...¿será por eso que
no había casi turistas el día anterior y casi ninguno hoy? no sé si era
casualidad o el resto de turistas que deambulaban por Uzbekistán se habían
informado mejor que nosotros. En cualquier caso fue una experiencia interesante
y muy simpática.
Dejamos la marabunta en la
mezquita y nos fuimos hacia el palacio Tosh Khavli
8 años costó construir este
palacio en el que no escatimaron ni un solo sum ya que el khan Allakuli tenía
bastantes riquezas y las quería invertir en un lujoso palacio donde vivir él y
todo su harem.
Todo el palacio está lleno de
pasadizos para que el khan pudiera moverse sin problema de habitación en
habitación de sus concubinas
Pero lo más interesante del gran
palacio es su Harem. un patio rodeado de habitaciones donde se encontraban las concubinas
del khan. Todas con techos preciosos decorados cada uno de una forma distinta.
Todo hombre tenía prohibida la
entrada al harem, solo los eunucos y el khan. Nos contaron que en una ocasión
un ciego entró en el harem y una de las amantes le permitió el paso, pensando
que al ser ciego no habría problema, y le dio limosna. Así lo hizo varias veces
hasta que llegó a oídos del khan, el cual al enterarse estalló en furia y
castigó en el patio del harem (a vista de todas las concubinas) hasta que esta
murió.
Otra cosa interesante que
aprendimos es que harem en árabe significa prohibido o todo aquello que es tabú
y de ahí el nombre que se le daba a esta parte del palacio que estaba prohibida
para casi todo el mundo.
Al salir nos acercamos al bazar
ya que queríamos ver las cunas típicas y que aun se usan. Preguntamos por su
utilidad y nos quedamos alucinados...según nos contaron a los bebes se les ata
a la cuna balancín "la madre así puede hacer otras cosas, trabaja etc y no
tiene que estar pendiente del bebe"...y si es niño se le pone una especie
de botellita para conducir el pis hacia el agujero de la cuna (donde ya está
orientado el culo), en este agujero se pone una especie de cubo de plástico
donde van cayendo los meados y heces y de esta forma al final del día se retira
todo , se limpia y todos tan contentos...nos explicaron que esta solución es
mejor que la nuestra ya que el bebe nunca está irritado de meaos o caca y se
entretiene con el balancín todo el día....quizá por esos son tan pacíficos y
educados los uzbekos, porque lo aprenden de bebes, mientras que nosotros antes
de nacer ya estamos más que consentidos...y además son chulísimas..
nos acercamos a las madrasas de Alla-Kuli
Khan y Kutluq Murad-ink. Actualmente albergan un museo y un bazar. La historia
de la madrasa de Kutluq es que Kutlug
Murad-inak (el sobrino del khan) quería ser enterrado en una madrasa, pero
murió fuera de Ichan-kala (la ciudad amurallada) por lo que no podía meterse el
cuerpo dentro de la ciudad ya que daba mal augurio. Así que lo que hicieron fue
romper las paredes de esta madrasa y construir un corredor que daba al exterior
y que seguía perteneciendo a la madrasa. Así todos contentos...
Una está enfrente de la otra como si fuera un espejo, la de Kuylug alberga un museo de pintura
Nuestra siguiente parada fue uno
de los sitios más adorados de Khiva, el mausoleo de Pakhlavan Mahmoud
En este mausoleo está enterrado
Pakhlavan, un guerrero y poeta sufí. Los Uzbekos dicen que está enterrado aquí
aunque los iranís dicen que está allí....así que no se sabe muy bien donde
está...el caso es que para los uzbekos es un personaje histórico muy importante
y acuden a rezarle. Los rusos cerraron este sitio y lo convirtieron en museo de
historia pero en cuanto se fueron los uzbekos lo volvieron a abrir.
Y antes de comer aun nos daba
tiempo a ir a las afueras de la ciudad amurallada a ver el palacio de
verano Kibla Tozabog..actualmente es un restaurante pero se puede visitar y ver sus salones y
habitaciones.
Esta visita nos abrió el apetito,
así que nos pusimos a buscar restaurante y una vez más acertamos...pasta
verde y una cerveza uzbeka.
Y en la salida del restaurante....
Después de comer se notaba ya que
los domingueros que habían bajado de las montañas para visitar la ciudad se
iban volviendo a sus aldeas y la ciudad iba retomando su tranquilidad habitual
para regalarnos una tarde de paseo por esta ciudad que nunca olvidaremos.
después de dar unas cuantas
vueltas decidimos meternos en una tetería
Cuando entras en la ciudad vieja
compras una entrada que te vale para todos los museos, así que empezamos a
entrar en los menos interesantes...Entre ellos nos encontramos por ejemplo el
Museo de la música.
Khiva es una ciudad a la que me
gustaría volver algún día. Es uno de los sitios que consigue transportarte y
aislarte de cualquier calentamiento de cabeza que pudieras tener antes de
llegar aquí.
Y aun antes de despedirnos nos
quedaba una cosa por hacer...pasear por encima de las murallas
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