Después de un completísimo desayuno salimos a seguir descubriendo Bujara
. Empezamos por Magoki Attori (El
museo de alfombras)
El museo de alfombras se
encuentra en la mezquita del mismo nombre. Es interesante, hay verdaderas obras
de arte.
Volvimos a los Bazares. Vayas
donde vayas debes pasar por ellos en esta ciudad.
Me dejaron probarme un gorro
típico....creo que en España no quedaría yo muy bien con esta pinta
Llegamos al Ensemble Poyi Kalan
donde se encuentra el Minarete kalan, parte del conjunto de la Gran Mezquita.
46m de altura tiene este minarete, con su base bastante ancha que se va
estrechando hasta su tope desde el que se llama a oración 5 veces al día. Al
contrario de otros países musulmanes que hemos visitado en Uzbekistán los
muecines no tienen altavoz, por lo que prácticamente no los oyes....cosa que se
agradece por lo menos cuando llaman a la oración de las 5 de la mañana.
La Gran Mezquita o Mezquita de
Kalan es mas reciente que el minarete, del siglo XVI, ya que cuando llegaron las
tropas de Genghis Khan destruyeron por completo casi toda la ciudad, dejando
solo el minarete en alto debido a que el Khan quedó tan impresionado con él que
decidió no destruirlo.
Hay otras versiones que dicen que
Genghis Khan destruyó la gran mezquita porque cuando la vio le pareció tan
hermosa que pensó que era el palacio del Emir, Y la verdad es que es un
edificio precioso.
Solo los lloros de un niño
rompieron la paz y tranquilidad que se respiraba dentro de la mezquita.
Y justo enfrente se encuentra la
Madrasa Mir Arab
2 cúpulas azules para este
edificio del siglo XVI como la Gran Mezquita. Escuela que funcionó hasta el
1920 cuando fue cerrada hasta que Stalin, con la intención de ganarse el favor
de los musulmanes, la reabrió en 1944.
Actualmente sigue funcionando como madrasa por lo que la entrada en su interior está limitada.Y salimos a andar un poco ya que íbamos a alejarnos del centro. Cruzamos un parque hasta llegar al Mausoleo de Ismail Samani
Es uno de los edificios que más
me gustó de todo Uzbekistán. Por supuesto que no es el más impresionante, ni el
más grande, pero te quedas mirándolo y parece que estuviera hecho de lana trenzada.
Algo completamente diferente a lo que habíamos visto hasta ahora.
fue construido entre los siglos
noveno y décimo como el lugar de descanso de Ismail Samani, un emir poderoso que
gobernó la ciudad.
Seguimos andando por el parque ya
también aquí se encuentra el Museo del Agua
Se encuentra en el mausoleo Chashma-Ayub que fue construido
encima de La fuente de Job
La leyenda cuenta que antes de
que apareciera Bujara, la gente que habitaba en esta zona moría de sed. Al ver
a Job, que pasaba por ahí, ellos le pidieron ayuda. Job dio con su bastón por
la tierra, y en el mismo instante apareció un pozo de agua clara y fresca. La
gente todavía cree que el agua del manantial tiene propiedades curativas.
El edificio está decorado con
cúpulas de forma diferente, y sobre la habitación principal con la fuente se
eleva una cúpula doble en forma de una tienda de campaña.
Estuvimos un rato sentados viendo
pasar a los peregrinos que venían al mausoleo a rezar.
Y muy cerquita se encuentra el
mercado de Bujara...así que no perdimos la oportunidad de echar un vistazo.
Salimos del parque para
acercarnos a la Mezquita Bolo Hauz
Es curioso que el nombre de la
mezquita se debe a un pequeño estanque que hay justo enfrente ya que Bolo Hauz
significa piscina de niños.
También se le llama la mezquita
de los 40 pilares....no hace falta explicar porqué.
Se nota que ha sido restaurada
recientemente, luce radiante con sus pinturas azules completamente limpias.
Esta mezquita se construyo para
que el Emir y su séquito pudieran rezar junto al pueblo. Actualmente, como en otras mezquitas que visitamos, puedes saber la hora de los rezos gracias a los relojes que hay en el exterior.
El minarete, el más pequeño que
habíamos visto hasta el momento.
Entre la mezquita y el Ark (que dejaríamos para el día siguiente) se encuentra un antiguo depósito de agua que se ha quedado como monumento.
Habíamos reservado hora en el Hammam
que hay en el centro de la ciudad, así que antes de comer solo hicimos una
visita más. El Chor Minor
Según la leyenda Niyazkul Bey
después de haber visitado Taj Mahal en la India quiso crear algo parecido.
Convocó a los mejores arquitectos y astrónomos y les puso dos condiciones que
tenían que cumplir en la construcción de la madrasa. La primera condición: la
madrasa tenía que estar en la Ruta de la Seda para que los turcomanos que
pasasen por ese camino la visitasen sin faltar. La segunda condición: la
arquitectura de la construcción tenía que mostrar a la gente que todas las
partes del mundo eran iguales, como lo eran todos los pueblos del mundo, que
todos venían a este mundo de manera igual, iban por la misma tierra, respiraban
el mismo aire y disfrutaban del mismo cielo.
Como teníamos hasta las 7 de la
tarde para ir al Hammam nos metimos en el Silk Road Tea Shop. Una tetería
chulísima donde aparte de los diferentes tés o cafés te sirven una variedad de
dulces y frutos secos uzbekos. Precio fijo y puedes repetir hasta 2
veces....con lo servido inicialmente tuvimos más que suficiente.
Y llegó la hora del
Hamman...super auténtico...pero menuda paliza nos dieron.
Cena en el Buddredin bebiendo
vino uzbeko, que no está mal, en compañía de una pareja de españoles que
conocimos en el aeropuerto y que casualmente habían reservado el Hammam a la
misma hora. Un final perfecto para un día completísimo.
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