Salimos temprano de Khiva en coche para llegar lo antes posible a Bukhara, teníamos que hacer 450 km que en principio nos iban a costar unas 6h pero que gracias a nuestro muy profesional conductor se convirtieron en 5h, eso sí..una paradita corta para aliviarse y punto.
Viajar en coche creo que es una de las cosas que siempre hay que hacer en cualquier país que visitas ya que es la forma de cruzar pueblos y ver el ambiente de las calles de lugares que de otra forma no verías. En las ciudades turísticas es siempre diferente y ver, aunque sea de pasada, la rutina de los pueblos es siempre interesante. Para mí estos trayectos nunca son tiempo perdido.
Cruzamos el desierto Kizyl Kum,
desierto menos vistoso que otros en los que si que hemos decidido estar y pasar
alguna noche. Arena y matorrales con ausencia de grandes dunas y aunque si que
nos apetecía dormir en una yurta decidimos dedicarle ese tiempo a Bukhara.
Así que llegamos a la hora de
comer. Primero dejar el equipaje en el Hotel Emir para ir a buscar un sitio
donde comer.
Este hotel nos encantó. Una
habitación enorme, la cama comodísima y el desayuno abundante y de calidad. Y
muy céntrico.
Así que fuimos a comer al Old
Bukhara que había leído que estaba bien...sorpresa!! está a tope y no hay mesas
si no has reservado, así que reservamos para la cena y salimos en búsqueda de
otro. Nos metimos en uno muy bien decorado y que no estuvo del todo mal...aunque
estuvimos en mejores.
Y ya comidos nos fuimos a pasear
y a descubrir Bukharasalimos andando para cruzar los 3 bazares "El mercado de los joyeros", "el mercado de los cambiadores de dinero" y " el mercado de gorras"
Nos topamos con las madrasas de Ulugbek
y Abdulaziz Khan.
Primero entramos en la Madrasa de
Ulugbek, el nieto de Amir Timur, el científico y astrólogo que decidió
construir en Bujara una gran madrasasa que se convirtiera en el centro de educación
de Asia. Esta ciudad era la capital de los
musulmanes de Asia central. Una ciudad muy conservadora. En la puerta hay tallada una
frase del Corán que dice " “la aspiración hacia el conocimiento es la
obligación de cada musulmán y cada musulmana". Y en el interior la
decoración nos recuerda que Ulugbek era astrónomo.
Fue construida 2 siglos más
tarde, más alta y más decorada que la madrasa de Ulugbek, sobre todo los arcos
del portal.
Al entrar te piden entrada, solo tienes
que hacer como te vas y te invitan a entrar ya que dentro, como en el resto de
madrasas, hay vendedores y lo que quieren es que entres y si puede ser que
compres.
Seguimos nuestro paseo por los
bazares hasta llegar al Ensemble Poyi Kalan que se compone de el
Minarete Kalan (Minorai
Kalon), la madrasa Mir Arab y la Gran Mezquita
Una plaza
espectacular, en seguida buscamos con la mirada a ver donde se encontraba una
terraza con vistas a la plaza donde habíamos leído que se puede ver atardecer
tomando una cervecita y que además no se comía mal.
Volveríamos a esta
plaza para visitar los monumentos, pero teníamos que volvernos porque había un
espectáculo de trajes tradicionales en la Madrasa Nadir Devanbegi y lo
queríamos ver.
El espectáculo no nos convenció
mucho pero nos tomamos un té en la madrasa, descansamos y oímos música
tradicional (esto si que nos gustó). Primera turistada del viaje...aun
caeríamos en alguna otra..
En la entrada de la madrasa hay
una estatua de Amirbek Fataev que es el Quijote uzbeko.Un personaje simpático que todos tocan para tener suerte.
Y después de abrir las maletas y tomar un breve descanso salimos a dar una vuelta y a cenar en el famoso Old Bukhara, Cenamos fenomenal y muy bien de precio.
Si hay un sitio con ambiente en
Bikhara ese es el estanque Poyi Kalan. música y muchos locales paseando sobre todo al caer la tarde.
Así
finalizamos el primer día en Bujara. Otra ciudad de cuento que no olvidaremos.
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