Skogafoss es otra de las impresionantes
cascadas que no hay que perderse en Islandia.
El entorno y la cascada hacen del paraje un
sitio idílico.
Llegas a la parte baja en el coche (la parte
más impresionante) pero tienes la posibilidad de subir a la parte alta y así
contemplar la llegada del río y la caída desde arriba.
Merece la pena hacer un esfuerzo y subir los
miles (no son tantos pero parecía que sí) para llegar hasta arriba y ver desde
el mirador la caída.
Luego pasar por una especie e escalera
sellada por los lados con vaya de espinas (imagino que para que no pasen
animales) y andar a la ribera del río.
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