Cerca de Egilsstadir está el pueblo pesquero Seyðisfjörður
El camino hasta el pueblo es genial (de
bonito digo, las carreteras ya son otra cosa)
el pueblo nos encantó, es muy pequeño pero con
unas vistas de postal.
Intentamos desde el pueblo ir a ver los
frailecillos, ya que este es un punto donde hay muchos y acabamos dándonos la
vuelta ya que la carretera simplemente nos aterrorizó.
preferimos salir vivos y con coche para
seguir viaje que ver los simpáticos pajarillos....el caso es que yo le tengo un
poco de manía a los pájaros pero en este viaje me empeñé en ver estos y no paré
hasta que lo conseguí.
A la vuelta del pueblo paramos en una
cascada...eso sí que es interesante y no los pajarracos!!
De Egilsstadir nada destacable, es más un centro desde donde hacer las excursiones...nuestro alojamiento genial..Stora Sandfell..está a 18km de Egilsstadir
Cerca de la casa se pueden hacer algunas caminatas interesantes, pero estábamos cansados y estaba lloviendo, así que decidimos un cambio de planes....primero explorar la zona
Después, museo de uno de los escritores más
importantes del país y una nueva península donde también hay frailecillos (a
ver si hay suerte esta vez).
Así pues nos fuimos al museo de Skriduklaustur
La visita de la casa de Gunnar
Gunnarsson un importantísimo escritor Islandés fue interesante.
El museo no está mal pero lo
mejor fue la chica del museo que por alguna razón le caímos bien y acudía a
donde estábamos siempre que podía para explicarnos cualquier cosa que
quisiésemos saber.
De esta forma nos enteramos de un
montón de curiosidades sobre el país, por contar alguna..que todas las montañas
y glaciares tienen capas de ceniza que son diferentes, ya que cada erupción
deja en el país una capa de ceniza diferente y puedes ver en los museos como es
cada capa...las cabras, ovejas y corderos, que los hay por millones, tienen
alimento de sobra ya que esta ceniza tiene muchos nutrientes que hacen que la
tierra sea muy fértil.
Luego salimos para la península
Dyrfjord donde se supone que hay frailecillos.
El camino es casi todo de grava,
con una curvas imposibles que acaban en precipicios sobre el fiordo.
Paisaje impresionante, frío y ni
un solo pajarraco....pero yo no desisto, lo volverá a intentar.
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