Desde
la estación de Nyugati salen cada media hora más o menos trenes para Nagymaros,
en esta ciudad hay que coger un ferry que te deja en la otra orilla del
Danubio, donde se encuentra Visegrad.
Nosotros tuvimos suerte ya que cuando llegamos el ferry
estaba a punto de salir
Dimos una vuelta por la aparentemente deshabitada ciudad hasta llegar
al Palacio Real
Desde fuera se ve derruido y puede parecer que no merezca la
pena la visita, pero realmente sí que la merece.
en este lugar es donde se guardaban las joyas reales de
Hungría
se siente el esplendor que tuvo que haber al visitar las
diferentes estancias, ahora muchas de ellas completamente vacías.
Este palacio fue primero castillo, construido para
defenderse de los Mongoles.
y luego transformado en Palacio donde se maquinaban uniones
entre monarcas de Luxemburgo, Chequia, Polonia , Bohemia...
Una vez visitado el Palacio Real volvimos al centro con la
esperanza de encontrar un sitio para comer
De la Ciudadela pasamos....se veía tan lejos!
Para volver tuvimos que esperar un poco más a que un ferry
nos llevara al otro lado y poder coger el tren
Y así nos volvimos para Budapest, para apurar nuestro tiempo en la fabulosa capital. Ya nos habíamos hecho una idea suficiente de como son los pueblos y pequeñas ciudades de Hungría y ahora lo que queríamos era seguir conociendo lugares allí.
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