Llegamos a Budapest Bus 200E para llegar a la
primera parada de metro de la línea 3 el que cogeríamos para llegar a nuestro
pisito en el centro de Budapest.
Estaban los dueños esperándonos junto con una
pareja de ingleses que lo dejaban ya.
Súper simpáticos y muy amables, nos explicaron
cómo funcionaba todo y nos dejaron en lo que sería nuestro hogar durante una
semanita.
Salimos a la calle inmediatamente, estábamos hambrientos
de ver la ciudad y un poco hambrientos (literalmente hablando).
Casi sin rumbo, sin mirar el mapa, solo
andando, nos tropezamos enseguida con La Basílica de San Esteban.
Imponente, se ve desde gran parte de la
ciudad y nos hizo olvidar el hambre (literal) introduciéndonos casi mágicamente
dentro de ella para de esta forma realizar nuestra primera visita.
Es el templo más grande de toda la ciudad y
la catedral de Pest, es neo-renacentista.
Grandes columnas en el interior y la mano
derecha de San Esteban que es el patrón de la ciudad.
Comimos enfrente en el Café Bazilica.
Nuestro primer Gulash antes de seguir descubriendo más sitios
Decidimos pasear por el centro para
orientarnos y acoplarnos a la ciudad, y mañana ya nos organizaríamos.
Y no hay calle mejor para hacer esto que la conocidísima
Vaci Utca, una de las calles más importantes de Budapest y que además era la
paralela a la nuestra.
Muchas tiendas de souvenirs, restaurantes con los camareros en la puerta invitándote a entrar y maravillosas fachadas.
Y así llegamos a una gran plaza donde se
encuentra una de las cafeterías que no queríamos perdernos, Gerbaud.
W se enfadó mucho con el camarero que no nos dejaba
pedir pastel Dobos si no pedíamos un surtido de tartas.
No tenía mucho sentido pero como lo que
queríamos era Dobos tuvimos que tragar con las exigencias del local y pedirnos
la súper bandeja de tartas de las que no quedó ni una miga.
Después de este aporte calórico nos fuimos a
pasear por la orilla del Danubio hasta estar en frente del Parlamento.
La vista es inmejorable.
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