Y finalmente nos vamos hacia el norte para visitar la península de Istria, donde un montón de ciudades y preciosos pueblos nos esperan.
La primera parada la haremos en Hum, la ciudad más pequeña del mundo según el libro Guines de los records
Solamente 17 habitantes, que debían ser los que nos encontramos en las tiendas de souvenirs y en el restaurante del pueblo.
El restaurante estaba lleno, pero decidimos esperar, y mientras dábamos unas cuantas vueltas al pueblo haciendo tiempo se nos vació una mesa.
Y fue una muy buena decisión ya que comimos de cine en el único Kanoba de Hum.Esta es tierra de trufas, incluso la cerveza está trufada.
Gulash de maiz que quitaba el hipo.
Y pasta casera, que me atrevo a decir que es de la mejor que he probado en mi vida.
De postre estos pestiños (no recuerdo su nombre) que son típicos de toda Istria.
Así que visita para nosotros solitos a esta joyita.
Hum tenía un alfabeto único y en la iglesia hay restos de escrituras en este alfabeto.
Unos alemanes nos pidieron la llave...pero na de na, que la pidan en el restaurante que yo la devuelvo a quien me la ha dejado a mí. :)
Una parada super acertada y muy recomendable para todo aquél que venga a visitar Istria.
Seguimos nuestro camino hasta Rovinj, donde habíamos alquilado un apartamento para pasar los próximos días visitando esta zona de Croacia.
Salimos al atardecer a dar una vuelta por la que dicen es una de las ciudades más bonitas de toda Croacia.
Y yo no podría estar más de acuerdo. Es preciosa y con muchísimos turistas que en cuanto se oculta el sol invaden las calles.
Primer despertar en Istria y nos vamos a por otro de los destinos deseados en este viaje. Pula.Y es que en Pula se encuentra este increíble Anfiteatro
El aforo del Anfiteatro era superior a la población de Pula.
Cuando fue conquistada por Venecia empezaron a llevarse piedras del anfiteatro para construirse los palacios.
Hasta que llegó un gobernador que impidió que acabaran llevándose todo el anfiteatro.Hoy tiene una placa de agradecimiento. Yo también le agradezco por haber podido disfrutar de esta maravilla.
Salimos del anfiteatro y nos fuimos a ver la ciudad
Múltiples palacios por todo el centro.
No puedo más que alucinar al encontrarme en un templo construido 2 años antes de Cristo.
Sin ser una ciudad como Rovinj en la que cada calle es un tesoro, Pula me pareció maravillosa y solo por el anfiteatro y el Templo de Augusto ya merece la pena llegar hasta aquí.
Otra de las visitas que hicimos en Pula fue a su Mercado.Catalogado como uno de los mercados con encanto de Croacia.
Y de Pula a Bale
Una sorpresa, ya que este pequeño pueblo nos encantó
Empezamos visitando su iglesia barroca
Y continuamos paseando por sus calles solitarias, empedradas y llenas de historia.
Y además este pueblo nos sonaba a pasteles por culpa de nuestra host, que comentó que le encantaba venir aquí a comerlos. Así que buscamos una cafetería y nos dimos un atracón, para celebrar de paso un cumpleaños muy especial.
Nos volvimos a Rovinj con intención de pasar por una de las playas que nos habían recomendado.
Preciosa, volveríamos a bañarnos otro día.
Comimos enfrente de nuestro apartamento y así nos dimos un descanso para reponer algo de fuerzas.
Y cuando ya estaba bajando el calor salimos a visitar Rovinj.
Catedral de Santa Euphemia.
Es el edificio barroco más grande de Croacia, 57 metros de altura.
Y salimos de la catedral para volver a disfrutar de los atardeceres que regala esta ciudad.
Y por la noche cena en Copacabana a orilla del mar.
En Porec se encuentra la Basilica Eufrásica, Patrimonio de la humanidad.
El complejo estaba cerrado pero pudimos visitar la iglesia.
Nos regalamos un helado que tenía muy buena pinta....no pudimos contenernos.
En Istria el italiano es lengua cooficial junto al croata.
De Porec salimos con dirección a Motovun.
Antes de llegar hay un mirador desde donde hay una vista del pueblo perfecta.
Aparcamos y para arriba
En la parte alta están los portales de entrada al centro histórico.
Allí se encuentra la iglesia.
Le habíamos echado el ojo a un restaurante con vistas, menos mal que habíamos reservado.
Una pasta casera con trufas.
Empezamos la bajada hasta el cementerio
Y nos fuimos hacia la sorpresa del día. Groznjan
Un pueblo de artistas que nos enamoró.
Esta maceta representa un tipo de construcción que habíamos visto por lo caminos, entre los campos.
A lo bonito que es este pueblo se le une las tiendas de los artistas que bien merecen ser visitadas.
Y curiosamente no había una sola alma por las calles. Cosa que nos encantó.
El atardecer lo veríamos en la playa de Rovinj bañándonos y tomando una copa de vino en la arena.
Al día siguiente saldríamos para Zadar. No podíamos habernos despedido de mejor forma de Istria.
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