Irán 2019 - Rayen, Mahan y Kerman

Segundo día en Irán. Tempranito salimos para el aeropuerto para coger nuestro vuelo que nos llevaría a Kerman.

Nada más llegar, dejamos nuestras cosas en el hotel Jahangardi Kerman.

y salimos para visitar el Jardín Shazdeh (princesa).

Los jardines persas son patrimonio de la Unesco. 

Están situados en zonas desérticas y tienen sistemas de canalizaciones para suministrarles el agua que se necesita para convertirlos en auténticos paraísos.

Desde el jardín Shazdeh que se encuentra a unos 6 kms de Mahan salimos para Rayen, más o menos 1h de coche hasta llegar la fortaleza de Rayen.

Una fortaleza impresionante construida con barro y lodo.

Construido en el siglo X por los sánidas y abandonado desde hace 150 años. Es increíble su buen estado de conservación, sobre todo pensando en los materiales con los que se construyó.

Ahora están empezando a restaurarlo, han comenzado por la zona central, la zona más importante y la que era usada por los mandamases del castillo.

Sinceramente prefiero la zona no restaurada. Miles de callejuelas.

Otro patrimonio de la humanidad. Los historiadores aun están intentando aclarar el motivo por el que esta fortaleza, una de las más grandes del mundo construidas íntegramente de adobe, fue abandonada.

Me empezaba a dar cuenta de que esta especie de hucha nos la habíamos encontrado muy a menudo en Teherán, Mahan y ahora en Rayen. Resulta que efectivamente son huchas para que cualquiera que tenga ganas de hacer donaciones las pueda hacer en cualquier momento. Solo tienes que echar allí tu dinero y el gobierno ya se encargará de administrarlo......:(

Se nos había hecho al hora de comer. Compramos unos dulces típicos de la zona en una panadería de Rayen y buscamos un restaurante.

Probamos un montón de platos. Kask Bademjun. La base de este plato es la berenjena y con el Nan (pan típico de Irán) está de muerte.

Ghorme Sabzi. Alubias con cordero. También buenísimo.

Ghaime. Lentejas con tomate. De mis favoritos.

Y Kebab de pollo y de cordero.

Un auténtico banquete que completamos con un té y los pastelitos que habíamos comprado.

Salimos de Rayen con destino a Mahan, donde visitaríamos el Santuario del Shah Nematollah

Aquí está enterrado este famoso poeta iraní. Para los iraníes los poetas son muy importantes, sobre todo los poetas religiosos.

Les rezan y les veneran como a otros personajes importantes en su historia a los que les han creado mausoleos.

Aunque en días posteriores veríamos mausoleos más impresionantes, este por ser uno de los primeros nos encantó. Empezábamos a apreciar la devoción y el respeto que los iranís tienen por sus eruditos.

En una tumba turquesa se encuentra Nematollah Vali, está hecha de mármol y en ella se escribió un verso del Corán alrededor del cual se reportan los nombres de los doce Imams

Este es un sitio de peregrinación. Alrededor del complejo, que consta de varios edificios y jardines, había mucha gente que estaba celebrando el aniversario del nacimiento del 3er imam, Hosein.

Nos ofrecieron agua con sabor a flores y unas bolitas que luego descubrimos que eran de almidón. Rompiendo una de las primeras leyes fundamentales del viajero.. nos la bebimos.

Dentro del complejo hay un museo de historia. Allí aprendimos que los Derviches en Irán estuvieron (o están) prohibidos, ya que eran demasiado estrafalarios para la cultura tan religiosa y seria de este país. Hacían cosas demasiado extravagantes....como sus bailes.

Volvimos al hotel. Descansamos a penas media hora y salimos a pasear por Kermán. Teníamos que ver como es una ciudad iraní por la noche.

Encontramos mucha gente en las calles. Se ofrecía comida y bebida gratis por la celebración del nacimiento de Hosein.

Entramos en la Biblioteca. Nos pareció un edificio precioso por fuera y queríamos saber como era su interior.

Pedimos permiso y, como durante todo el viaje, con una amabilidad infinita nos permitieron entrar.

Nos acercamos hasta las antiguas Neveras de la ciudad. Unas construcciones centenarias que se usaban para conservación de alimentos.

Doogh. Bebimos casi todos los días.

Y acabamos en el bazar. Estaba ya vacío, pero nos encantó pasear por sus calles por la noche.

Un lujo estar en estos sitios sin ver un solo turista.