sábado, 23 de enero de 2016

Myanmar 2015 - Amarapura, Mandalay, Mingun y Noche vieja.

Antes de llegar a Mandalay, y coincidiendo con que estaba atardeciendo, paramos en Amarapura para ver el famosísimo puente U Bein y el atardecer desde el.
Y no hay mejor momento para ver este increíble puente

La gente del lugar lo sabe y viene a pasar el fin de la tarde con su familia e hijos (este día era fiesta en Myanmar) y ver el atardecer, igual que nosotros estábamos haciendo.
Vimos como alguna gente alquila barcas y ve el atardecer desde el río. desde cualquier punto es un espectáculo digno de ver.

Este día ya no daba para mucho más, así que llegamos a Mandalay y directos a la cama.
Al día siguiente paseamos un rato a primera hora por la parte vieja, llena de talleres de telas y carpinterías o marqueterías donde hacen cualquier tipo de Buda, imágenes o marionetas que tanto les gustan.
Todo lo expuesto con varios palmos de polvo....se van a tener que espabilar si quieren que los futuros turistas que pasen por aquí compren suvenirs...por el momento y por suerte para nosotros, son tiendas para los myanmar.
Y nos fuimos para el monasterio Mya Set Kyar.
Todos los días acuden a este monasterio cientos de monjes que vienen a comer en procesión. Una familia es cada día la responsable de ofrecer la comida a todos los monjes.
Hay de todas las edades, pero en su mayoría son muy muy jóvenes.
Pasamos por más tiendas de marquetería y pudimos ver que increíbles trabajo estaban realizando. Todos para adornar templos y monasterios (imagino, porque no se quien se puede poner una cacho pared como las que allí vimos).
Y de allí a Mahamuni, uno de los templos más adorados del país.






En las puertas una nueva celebración...son tan llamativas (y un poco horteras) que no podemos dejar de contemplarlas


Este templo tiene uno de los Budas más populares. Está completamente cubierto de pan de oro y su forma empieza a desfigurarse.
No pueden acercarse las mujeres. Hay una televisión para que no se pierdan detalle de como los hombres colocan más y más pan de oro.

Y antes de irnos nos volvimos a cercar a la celebración para ver a los príncipes y princesas.


El precio fue que se hicieron fotos con nosotros y alguna a nosotros....indicándonos exactamente como debíamos posar...me sentí un poco ridículo, la verdad.
La siguiente parada Kuthodaw

Aquí se encuentra el libro más grande del mundo

Losas enormes son las páginas del libro sagrado donde se cuenta la historia de Buda.

Por la tarde fuimos al templo Shwe Nan Daw Kyaung

Templo de madera con miles de salas. Nos recordaba a algunos de los templos que vimos en India...en este también habían murciélagos.

Cruzamos en barca a Mingun

Allí cogimos un carro de caballos para ir a visitar la famosa campana de Mingun

Antes paramos en Pathodawgyi

no sin esfuerzo, lo escalamos para subir a su cima y poder contemplar las vistas
Teníamos "amigos" que se ofrecieron a guiarnos por donde subir. Ellos descalzos...suelas de hierro deben tener ya que incluso con zapatillas la subida era complicada.
El esfuerzo mereció la pena.
Y sin más demora fuimos al templo donde se encuentra la mítica campana

Solo por ver el templo ya mereció la pena


 La verdad es que no acabo de saber porque es tan famosa, creo que porque estaba en Mandalay y necesitaron 2 barcos para transportarla. Después hubo un terremoto que casi la destruyó y poco más. Hombre, también porque es muy antigua....


 El atardecer nos pilló en el barco de vuelta....aunque yo siempre digo que los atardeceres están sobrevalorados, aquí disfruté de cada uno de ellos.

Cenamos en un restaurante con espectáculo de marionetas y bailes....lo malo es que aquí cenan tan pronto que a las 10:00h cerraban los restaurantes y aun nos quedaban 2h para poder comernos nuestras uvas de lata.

 así que nos fuimos al hotel y a las 23:30h nos volvimos a donde nos habían dicho que se celebraba la fiesta


fuentes con música y colores y miles y miles de adolescentes borrachos en sus motos

un escandalo ruidoso...nosotros nos comimos nuestras uvas como manda la tradición y como hacemos siempre allá donde estemos.


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