Y llegamos a Bergen, cogimos las llaves del
apartamento que habíamos alquilado en un videoclub ya que nuestra host se
encontraba en New York... y a descansar que mañana tenemos el Norway in a
Nutshell.
Lo primero ir a la estación de trenes y coger
un tren que no llevaría hacia el punto de encuentro para tomar un bus.
Con el bus pasamos por varias cascadas hasta
llegar al barco que nos haría el típico crucero de los fiordos noruegos y es
que el más conocido es "el fiordo de los sueños" y aunque a estas
alturas habíamos visto más fiordos que los que nos quedan por ver el resto de
nuestra vida no podíamos perdernos este.
Yo quedé pegado como una lapa a la barandilla
del barco viendo pasar los pueblos y montañas desde el fiordo.
Precioso sin duda aunque no el más
espectacular de Noruega, yo diría que los fiordos del norte son bastante más
espectaculares, aunque también hay que decir que son los primeros que vimos y
el impacto fue importante.
Y así llegamos a Fland.
Bonita ciudad que vive del turismo y de su
tren.
Vimos el museo del tren mientras se hacía la hora de coger el tren más famoso de Noruega
Una vez en el tren...a disfrutar de las
vistas.
Hicimos una parada en una espectacular
cascada y cuando menos lo esperábamos empezó a sonar una música y del agua
surgió un hada que se punto a cantar.....turistada...pero muy chula.
En general una día muy interesante, siguiente
parada Myrdal (en castellano mier...) que es donde vamos a terminar todos.
Y desde aquí otro tren a Bergen.
Lo primero que fuimos a visitar en Bergen es
una iglesia de madera que hay en las afueras, estaba cerrada así que no pudimos
verla por dentro pero nos encantó por fuera (y no creo que sea muy espectacular
el interior teniendo en cuenta lo Ikea que son los nórdicos).
Está en medio de una especie de gran jardín,
merece la pena verla.
Nos volvimos con nuestras dudas sobre si el
ticket valía o no y apostamos a que sí, aunque "algunas" iban un poco
preocupadas por si estaban cometiendo un crimen o algo parecido.
Y a descansar antes de seguir paseando por Bergen.
El piso estaba realmente bien y muy bien situado
Fuimos a la oficina de turismo y nos
encontramos a los maños una vez más y es que si lo hacemos adrede no nos sale.
Curioso que el puerto está infectado de
vendedores españoles.
El puerto es precioso, pero sobre todo las
casas patrimonio de la humanidad, torcidas, amontonadas unas encima de otras,
de colores.....
Casi todas son restaurantes o tiendas y
puedes pasear por sus calles...una delicia.
Encontramos unos americanos que habíamos
conocido en la estación de Strym.
Después de dar varias vueltas por el barrio
del puerto decidimos subir con el teleférico para subir y ver atardecer desde
el mejor sitio que puedes hacerlo en Bergen.
Así que nos hipnotizamos viendo el atardecer
y nos volvimos para abajo para seguir recorriendo la ciudad ya iluminada.
AL día siguiente el objetivo era comerse un
bocadillo de ballena, el Nenico y yo nos dimos un paseo por el puerto para ver
las opciones y después de probar la ballena nos decidimos mejor por una
bocadillos de gambas y salmón que estaba de muerte.
Pregunté a uno de los españoles que estaban
vendiendo y me contó su historia y el porqué somos tantos y es que (me explicó)
los turistas españoles son los que más comen por lo que es el turismo más
rentable para los puestos del puerto, mientras que por ejemplo hay muchos
alemanes vendiendo jerseys.
Cogimos nuestro último ferry que nos llevaría
a Stovanger donde visitaríamos uno de los sitios más sorprendentes del
mundo...el Preikestolen.
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