Georgia 2019 - Tblisi

Pleno julio. Nos vamos para Georgia donde nos encontraremos con unos queridos amigos a los que no vemos desde hace muchos años, y con un país que seguro nos sorprendería por lo poco que conocíamos de su historia e incluso de su realidad actual.

Llegamos de madrugada, la noche prometía ser corta ya que no nos íbamos a perder, por nada del mundo, el reencuentro con nuestros amigos en el desayuno.

Las primeras imágenes que pudimos ver desde el coche de la capital de Georgia, Tblisi, ya nos daban pistas de lo que esta ciudad podía ofrecernos. 

Y después de un inolvidable desayuno (no por la comida, sino por la compañía) en el hotel, salimos a descubrir Tblisi. Leí que era una de las capitales más bonitas del mundo, quizá esto sea un poco exagerado, pero sí que hay que reconocer que es una ciudad preciosa que mezcla modernidad con historia, cultura y mucha animación en sus calles.

EL hotel estaba muy céntrico, así que en solo unos pasos nos encontramos en nuestra primera parada, la Iglesia de Metekhi.

Desde la plaza enfrente de la iglesia hay unas vistas espectaculares de la ciudad.

Esta iglesia del siglo XIII, que fue reconstruida en el siglo XVIII, fue usada por los soviéticos como teatro. Por este motivo, como en otras iglesias que visitaríamos a lo largo de nuestro recorrido, las paredes fueron pintadas de blanco, tapando todos los iconos y frescos que decoran la iglesia.

Se han rescatado bastantes de estos frescos. Una auténtica barbarie cultural y artística la que hicieron los soviets....claro, que esto no fue lo peor que hicieron...

Todas las iglesias y santuarios importantes de Georgia tienen la cruz o árbol de la vida en su exterior.

El uso del pañuelo es obligado para las mujeres, también una falda que oculte las caderas. Exactamente igual que en Irán.

La leyenda de porqué se fundó esta ciudad cuenta que el rey vino a estas tierras a cazar y su halcón cazó un faisán que cayó a unas aguas termales. El rey se sorprendió y agradó mucho al encontrar estas aguas y decidió construir al lado de ellas una fortaleza y establecer aquí la capital de su reino.

Otros menos románticos dicen que la capital del reino se construyó aquí por que está rodeado de montañas y con un rió que la atraviesa, y por lo tanto un lugar muy fácil de defender.

En nuestro paseo por el centro de ciudad nos encontramos con la estatua a El Padrino de las fiestas. Personaje que no puede faltar en cualquier celebración o reunión de amigos. Es el encargado de hacer los brindis, dar gracias, primero a Dios y después a quien invita, leer poesías etc.

Nuestra guía nos confirmó que esto es algo se sigue haciendo en cada fiesta.

Y llegamos a la Sinagoga más antigua de Tblisi. Del 1904.

En el 2004 los georgianos y judíos celebraron sus 25 siglos de convivencia.

La catedral es otro de los monumentos importantes de la ciudad

En ella se encuentra la Cruz de Santa Nino, mujer que introdujo el cristianismo en Georgia.

Santa Nino no vino a Iberia (Nombre que tenía Georgia) por esta razón, ella iba buscando la Santa Túnica de Jesús, pero se ve que la señora se lío y termino comiéndoles el coco a todos los de la zona y convirtiéndoles al cristianismo. 

Dios se le apareció y la bendijo y la Virgen María le entregó una cruz de sarmiento de uva. La Cruz de Santa Nino.

Ya habíamos conocido una buena parte de la historia y de los monumentos de Tblisi, así que para cambiar de tercio pasamos a la parte más moderna.

Cruzamos el río Kura por el puente de los 100.000 mártires. Recibe su nombre por los cristianos que no quisieron cambiar de religión a la ortodoxa en el XIII y por este motivo fueron ejecutados.

Empezamos a ver los puestecitos de Churchkhela, un nombre imposible para este dulce, aun que por suerte no es necesario acordarse ya que se ve por todas partes y hay muchas oportunidades de probarlo.

Parecen chorizos o embutidos pero son uvas pasas rellenas de frutos secos. Muy bueno.

Y de esta forma llegamos al Puente de la Paz

Nos encantó, es un puente peatonal que, junto a las Tubular Bells (futuras salas de congresos) o el palacio de justicia, ponen el toque de diseño a esta ciudad.

Llegamos a la parte alta de la ciudad para visitar la iglesia más antigua de Tblisi.

Nos la encontramos cerrada, la señora al cargo estaba tomándose un cafelito mientras nos hacía esperar a que a ella le apeteciese abrirnos la puerta.

La iglesia Anchiskheti fue construida por el rey Dachi, fundador de la ciudad y dedicada a la Virgen María. Es del siglo VI.

La belleza de las paredes de este edificio no se esconde en sus frescos sino en su historia, que parece salir de cada ladrillo.

Y con todo esto conseguimos llegar a las 12:00h en punto a la torre del reloj.

Una preciosidad. Me encanta esta torre. Posteriormente descubrimos que no es un monumento ya que fue construida en el 2010. Pero, como diría alguien a quien conozco. ¡Flipas! Chulísima.

A las 12:00h salen unos muñequitos a bailar y dar las horas.

Cogimos el coche para subir a la Fortaleza de la Madre de Georgia

Habíamos visto esta estatua prácticamente desde cualquier punto de la ciudad y ahora era hora de verla de cerca.

Actualmente y desde 1970 es de metal, pero la originaria fue construida en 1950 de madera.

Las vistas desde aquí son impresionantes.

Así que nos metimos en la Fortificación Narikala, donde aparte de las vistas, se encuentra la Iglesia de San Nicolas.

Desde aquí se ve el barrio donde se encuentra nuestro hotel y se distinguen las "Casa colgadas" al más puro estilo Cuenca.

Como decía en la Fortificación Narikala se encuentra la iglesia de San Nicolas

Es una iglesia relativamente nueva, se construyó imitando la iglesia de Metekhi cuando la que originariamente ocupaba este espacio estalló por accidente a causa de munición rusa.

Los frescos son de 1992.

También dentro de la fortaleza se encuentra la Mezquita de Jumah

Del siglo VII

De la fortaleza nos fuimos a otra parte de la ciudad que me encantó, a orilla del río, donde se encuentran los baños antiguos y el puente del siglo XVII

Y después de una mañana muy bien aprovechada llegaba el momento de probar la comida georgiana.

Comimos fenomenal en Maspindzelo, probamos el Khachapurila, una especie de pizza a la georgiana. De postre los famosos Churchkela que tanto habíamos visto por la calle.

Y con la barriga llena y después de haber probado la cerveza georgiana, nos fuimos al Museo Nacional

Un pequeño museo que contiene algunas piezas importantes

Del museo nos fuimos a nuestro hotel Tuta para descansar un poco.

Y la cena la hicimos en uno de esos restaurantes que se veían desde la fortaleza y que parecían una casa colgante de Cuenca. Restaurant Old Metekhi

Las vistas desde el restaurante de lo mejor y un espectáculo de bailes que en mi opinión fue prescindible.

2º día en Tblisi

Nos dimos un buen paseo para llegar hasta llegar a la Catedral de la Santísima Trinidad

Es la más grande del caúcaso

Antes de venir a Georgia hubieron varias revueltas en Tblisi a causa de que el embajador ruso se sentó en la silla presidencial, todo un descaro teniendo en cuenta las malas relaciones que tiene el pueblo germano con los rusos.

Rusia y Georgia estuvieron en guerra en 2008 . Esta guerra, por suerte solo duró 5 días pero hubieron miles de muertes por el lado de los georgianos.

Rusia invadió una zona limítrofe de Georgia para desde allí intentar conquistar todo el país y volver a anexionarlo a su territorio.

Por suerte Europa intercedió por medio del presidente francés que consiguió calmar los ánimos y que Putin se retirara.

Sin duda los rusos no son muy queridos aquí.

La cruz de la vida que se encuentra en el exterior de cada iglesia en Georgia.

La catedral sin duda había merecido la pena. No solo por su interior, por las vistas y por los alrededores.

La bajada a la ciudad fue más fácil y es que son callejones sin sentido que hacen que des más vueltas de las que piensas que tienes que dar para llegar a tu objetivo.

Una cosa que no tienen los georgianos (en mi opinión o por mi experiencia) es simpatía, son toscos y parece que están siempre enfadados.

Pero lo que si que tienen es creatividad. A lo largo del viaje hemos podido ver muestras de esto.

Recorrimos un poco más la ciudad. Todos los rincones son interesantes en una capital como Tblisi.

Nos metimos en una iglesia que se encuentra enfrente del Museo Nacional de Artes y a la que el día anterior le habíamos echado el ojo

Y finalmente entramos en el Museo Nacional de Arte con la intención, sobretodo, de conocer algo de Pirosmani

Estos cuadros no son de Pirosmani. De hecho no fotografié ninguno ya que no me gustaron.

Nos preguntábamos porque la fama de este pintor, el más famoso del país. Resulta que este hombre era un aficionado a la pintura, vivía en Signagi la llamada ciudad del amor.

Era muy muy pobre, no tenía dinero para pinturas, así que se dedicaba a pintar con brocha gorda para poder ganar dinero y gastarlo en pinceles y pinturas.

Decidió ir a la capital, Tblisi, para ganar algo de dinero y conocer la ciudad.

Allí vio un día por la calle a una cantante de ópera de la cual se enamoró perdidamente.

Gastó todo su dinero y posesiones en comprar un carro y llenarlo de flores. Se lo regaló a la cantante a la cual le encantó el regalo y siguió con su vida sin pensar en su estrámbotico enamorado.

Pirosmani tuvo que volver a su ciudad más pobre que nunca y con el corazón roto.

Por lo visto la importancia de sus cuadros y lo que le ha hecho famoso y admirado en este país, es que no tenía estudios ni técnica, ni tampoco medios para realizar su obra.

Cerca del museo se encuentra la Plaza de la Libertad, donde cada tarde hay manifestaciones en contra del gobierno, que según dicen es proruso o al menos no lo antiruso que la población quiere.

Seguimos nuestro paseo por la ciudad y llegamos al Bazar antiguo.

Tblisi llegó a ser parte de la ruta de la seda.

de ahí que esta mercado, que antiguamente se encontraba en lo que era una especie de medina en pleno centro de la ciudad, haya tenido tanta importancia.

Si no te fijas, pasas por su lado sin darte cuenta, ya que está en un nivel inferior.

Se acababa nuestro segundo día en Tblisi. Cenamos en el restaurante DR.Benjamen.

Pero nos quedaba una cosa que hacer para finalizar un día fantástico. Subir en el teleférico a la fortaleza y disfrutar de las vistas de Tblisi iluminado.

Super recomendable. Un punto y final a lo grande.