Después de que Jose pasara el mal trago del avión aterrizamos en Hamn donde cogimos nuestro espectacular coche
6 viajeros perfectamente acomodados hacia nuestro Hotel Burgschaenke
A 10 Km de Coblenza, comodo, comfortable, con grandes habitaciones y muy muy simpáticos recepcionistas, incluso alguna de ellas sabía hablar español.
una vez instalados salimos para Coblenza, nos metimos en el
restaurante Adagio que muy acertadamente nos habían recomendado en el hotel.
Nos llamó mucho la atención el vasito que pusieron para la Cocacola
Nos pedimos unos trozos de carne y unas cervezas....que no falte de ná.
Dimos
un paseo por la ciudad, primer contacto y rápidamente nos pusimos a hacer
planes para visitar esta ciudad que prometía.
El Rin
que lo embellece todo y el castillo que se ve desde nuestra orilla y al que se
puede llegar con un teleférico
Decidimos comer en el restaurante Einstein a pesar de que no tenían salchichas en el menú y algunos querían probarlas (no yo).
Decisión acertada ya qeu todo estaba buenísimo.
Un poco lentos, eso sí.
después de un paseo por la orilla fuimos a comprar unas carísimas entradas al castillo con viaje en teleferico. La de la taquilla, nada simpática, se hartó enseguida de los españolitos que querían descuentos por todo...student...teacher...handicap....al final solo por handicap y solo un euro..si lo sabemos que le den a la de la taquilla.
ya en el teleferico empezó la lluvia que nos acompañaría toda la tarde..
Ya dentro del castillo nos topamos con las garitas...que diern bastante juego
yo
diría que lo mejor del castillo son las vistas, hay diferentes exposiciones sin
un solo cartelito en inglés..todo en alemán.
corriendo
de un lado a otro porque cuando menos te lo esperabas caía un chaparrón que nos
obligaba a resguardarnos en alguna de las exposiciones
uno de
los vigilantes de una de las exposiciones me recordó que no se pueden tocar los objetos, cuando ya estábamos saliendo de
la sala, porque le había señalado a Juanjo una rueda de una coche antiguo...se
aburría el pobre..qué le vamos a hacer!
Una vez
agotadas las posibilidades que dan el castillo de Coblenza nos volvimos hacia
el teleférico para bajar a la ciudad y seguir visitando algunas cosas...con
permiso de la lluvia que había parado un momentín.
desde el teleférico...reportaje fotográfico
La
siguiente parada fue la Basílica del St Castor.
Es la
iglesia más antigua de Coblenza y del Palatinato (que es como se llama esta
parte Alemania)
y de aquí a la otra visita imprescindible el Deutches
Eck
significa "el córner alemán" imagino que
es porque desde aquí se ve perfectamente la confluencia de los 2 principales
ríos que pasan por la ciudad, el Mosel y el Rin
Puedes subir hasta arriba, lo cual merece mucho la
pena, y disfrutar de las vistas bordeando el monumento
Una vez bajamos del monumento y después de que
algunos se comieran una nada apetecible (para mí) salchicha comprada de unos
puestos tipo feria, seguimos caminando por la ciudad para ver su arquitectura y
disfrutar de las pocas horas de luz que nos quedaban.
Nuestro objetivo fue encontrar unas cervecerías que habíamos
leído en internet que eran las más antiguas de Coblenza...yo no me voy nunca de
Alemania sin tomarme una cerveza negra en una cervecería.
y andamos....
y andamos
y le dimos la vuelta a la ciudad
pero al final lo conseguimos
y así terminamos nuestra visita a esta ciudad, volvimos al hotel con la intención de cenar allí, cosa que no fue posible y acabamos cenando en un resturante italiano regentado por un indio.
Un buen final para un buen día...
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