Llegamos a
bangkok después de pasar la noche en el tren y esta vez no tuvimos tanta suerte
con el hotel, la habitación no la pudimos coger y sin más y bien temprano
salimos a la ciudad para seguir descubriendo sitios fantásticos.
Desayunamos
en un mini café donde ¡¡¡¡¡tenían expreso!!! y después de tomar el mejor café
de todo el viaje continuamos camino.
Decidimos
ir a un templo que nos pillaba cerca del hotel. el templo Wat Suthat
El mapa de
nuevo nos confundió y tuvimos que preguntar un par de veces hasta conseguir dar
con él.
Era muy
temprano y pensábamos que lo íbamos a encontrar cerrado pero por suerte pudimos
visitarlo.
Lo más destacado de este templo es que fue construido por el primer rey de la dinastía actual Rama I y dentro están las cenizas de Rama VIII que es el hermano del actual rey Rama IX (bastante facil aprenderse los nombres de los reyes).
Delante del templo hay un arco rojo conocido como
Sao Ching-Cha que años atrás y durante una peligrosa ceremonia
religiosa se usaba como columpio desde el que coger una bolsa de oro suspendida
a 15 metros de altura.
Este no es uno de los templos conocidos, pero si se tiene un poco de tiempo creo que merece la pena visitarlo.
EL interior no tienen nada que envidiar al resto de templos.
Las paredes estampadas con dibujos merecen un vistazo.
Pillamos a los
monjes organizando esas cestitas de comidas que ellos mismos preparan para que
los devotos se las compren y posteriormente se las regalen como
ofrenda...¡¡¡¡que negociazo!!!!
Y de este templo
nos fuimos en taxi a las Fundación Jim Thompson.
Una serie de casas
de este conocido comerciante de seda, americano pero enamorado de Tailandia que
desapareció durante un viaje a Malasia y nunca más se volvió a saber de el.
Dejó sus casas y
objetos para que ahora podamos apreciarlos.
Me encantó esta estatua en el exterior del museo de arte.
Cogimos el Sky
Train para ir al Parque de Lumphini ya que yo había leído que se veían unos
enormes lagartos paseando por el parque como si nada.
El parque está muy
bien y esconde rincones y santuarios como cada rincón de esta ciudad.
Al principio no veíamos
lagartos y cuando yo ya sospechaba que ná de ná.
Vimos uno pequeñito
Encontramos uno grande
y luego otro y más..........
Y del parque nos fuimos al famosísimo Wat TRaimit o templo del Buda de Oro
El Buda de Oro fue
construido en Ayutthaya, la antigua capital de Tailandia en el siglo XIII y que
visitaríamos al día siguiente, algunos siglos más tarde, presumiblemente en el
XVII, la estatua fue recubierta con
estuco para protegerla de los birmanos que asediaban la ciudad, y quedó
en el olvido.
Durante el reinado
de Rama III, el Buda fue trasladado a un templo menor de Bangkok pero por
desgracia, ese templo fue derribado al poco tiempo y la estatua quedó a la
intemperie durante más de veinte años. Al fin y al cabo, ¿qué importaba? Sólo
era una estatua de poco valor.
No sería hasta el año 1955 cuando se tomase por fin la decisión de llevarla a otro templo del mismo barrio. En el traslado, debido a un fallo de la grúa que la portaba, el estuco se rompió dejando ver lo que había en su interior: ni más ni menos que una estatua de 5,5 toneladas de oro macizo.
Actualmente el Buda de Oro es uno de los iconos
religiosos más importantes de Tailandiajunto con el Buda esmeralda, está valorado
en 110 millones de dólares.
La hora de comer y
estábamos cerca del barrio chino
Así que decidimos volver a nuestro restaurante chino favorito de Bangkok ya que la primera vez yo no había podido probar nada porque estaba fatal del estomago y todo parecía estar delicioso.
Su nombre Hua Seng Hong
Después de comer y
darnos una vuelta por el barrio chino nos fuimos a descansar y por la noche
volvimos al Barrio Pat Pong para seguir comprando cosillas...
Después de cenar unos picantísimos trozos de pollos decidimos quitarnos el picante del cuerpo por medio de un enorme helado en Hagen dazt (no tengo ni idea si se escribe así).
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