Después de una migas aragonesas y una trenza de postre nos decidimos a subir al castillo para bajar la comida.
Nos encantó el pueblo, que está lleno de rincones interesantes y al contrario de lo que parecía en la parte baja que estaba llena de gente, una vez que empiezas a subir es bastante tranquilo.
llegamos a tiempo para ver la iglesia fortaleza de Alquezar
una visita guiada que merece mucho la pena hacer
antigua fortaleza musulmana que como tantas otras se convirtió en cristiana aunque aun hay detalles que la delatan
los frescos del claustro son impresionantes
Y las vistas desde la torre son fueron un buen final para este viaje.