Vuelvo
a Vitoria. Desde que fui, hace ya algunos años, tenía ganas de volver con N y
que conociese lo que es para mí una de las ciudades más bonitas de España.
Llegamos
de noche a nuestro hotel NH, un cuatro estrellas a un precio genial, muy bien
situado y con todo lo que se puede esperar de un hotel de esta categoría. Solo una advertencia y es que hay que pedir una habitación que no de a la sala de fiestas porque los fines de semana son muy escandalosos.
Nosotros lo hicimos y nos dieron un 5º piso donde no tuvimos ningún problema.
Y lo primero por supuesto ¡¡ir de tapas!!
Empezamos
la mañana con un desayuno espectacular....da ganas de probarlo todo, pero hay
que dejar hueco ya que estas tierras son buen sitio donde comer bien y no
podemos saltarnos una comida así como así...
Para llegar
al centro pasamos por el Parque Florida, jardines, puentecitos de madera,
kioscos...una preciosidad de parque en pleno centro de Vitoria.
Lo
primero una visita a la oficina de turismo, esta se encuentra en la Plaza de
España
Es esta
plaza se encuentra el ayuntamiento y está llena de bares y terrazas, aunque
nosotros preferimos siempre ir al casco medieval.
Y muy
cerquita La plaza de la Virgen Blanca
rodeada
de casas blancas con balconadas cerradas y en el centro de la plaza un
impresionante monumento a la batalla de Vitoria de 1813
desde
la plaza salen las escaleras hacia el barrio Medieval, este tiene la forma de
una almendra, se ve claramente en el mapa...
Lo
primero que te encuentras es la Iglesia de San Miguel.
Es el
templo más antiguo de la ciudad y en su interior está la capilla de la Virgen Blanca que es la patrona de la ciudad.
Desde
la San Miguel seguimos por el Paseo de los Arquillos
En un momento que estábamos mirando el mapa
para decidir hacia donde tirábamos se nos acercó un vitoriano que con la
amabilidad que tiene esta gente nos dijo "¿un poco de orientación?" y
nos hizo un recorrido turístico por el mapa, aconsejándonos por dónde empezar y
por donde terminar para no perdernos nada de nada...una gozada darse cuenta de
lo maja que es la gente por estas tierras...en seguida le coges cariño y
simpatía esta ciudad y a su gente.
Recorrimos el casco medieval en dirección a nuestro primer museo
Y este fue el Museo Fournier, ¿quien no ha jugado alguna vez con una baraja Fournier fabricada en Vitoria?
convive con el Museo Arqueológico
El museo Arqueológico es interesante, pero la
verdad es que es este caso es más llamativo el museo de naipes.
El dueño fue Heraclio Fournier, nombres que
nos suenan pero, al menos yo, nunca pensé que pertenecían a nadie, sino que
eran marcas o algo así.
La exposición se halla en el Palacio de
Bendaña
Salimos del museo con una muy buena sensación.
Recorriendo de nuevo el centro medieval nos empezamos a encontrar con uno de
los nuevos atractivos de esta ciudad..sus fachadas pintadas.
Esto es toda una pared de una fachada (aunque no se aprecie en la foto)
Y llegamos al Palacio Escoriaza-Esquibel
Es uno
de los pocos palacios que se pueden visitar en Vitoria y merece la pena ya que
si no es con la visita no ves la planta superior.
En el
patio central, ahora tapado para protegerlo del lluvioso clima vasco, varias
esculturas representando diferentes historias de amor, todas trágicas.
Cerca, ya que nada está lejos en esta ciudad, está el Palacio de Suso
Y salimos con más ganas de visitar el centro de la ciudad
Estaban
en fiestas y había tamborada por diferentes calles del casco medieval
Seguimos encontrando maravillosas fachadas, insisto en que me parece una idea genial la que ha tenido esta ciudad adornando sus fachadas.
Y camino de vuelta a la plaza de la Virgen Blanza para comer en alguno de los resturantes a los que les habíamos hechado el ojo
DEspués de comer seguiríamos nuestro paseo, aun nos quedaban importantes cosas que ver.......
No hay comentarios:
Publicar un comentario